Ratifican procesamiento por difundir ideas y teorías de superioridad racial

El encausado hizo un posteo en una red social dirigido a Ernesto Tenembaum, para lograr la adhesión de personas ajenas a una circunstancial confrontación verbal. “Me causa mucha gracia que los hayan hecho jabón”, escribió

La Sala I de la Cámara Federal de Apelaciones de San Martín confirmó el procesamiento de D. P. en los términos del artículo 3 de la ley 23592, por animar el rechazo social contra quienes profesan la religión judía. [privado]

Lo hizo en la red social Twitter, para lograr la adhesión de personas ajenas a una circunstancial confrontación verbal que mantuvo con el periodista Ernesto Tenembaum.

Para el tribunal, la manifestaciones del encausado y las demás pruebas colectadas en la causa constituyen indicadores elocuentes de que excedió el ámbito de la “inocua manifestación de una idea o sentimiento”.

El episodio que motivó la instrucción del expediente ocurrió el octubre de 2016, cuando Tenembaum fue víctima de insultos antisemitas en Twitter por parte de usuarios abiertamente neonazis y admiradores de Adolf Hitler.

El usuario @NiquitoSS publicó: “Agradecé que estuvo Cristina y no yo porque serías ceniza hace rato, moishe apátrida”.

Tenembaun le respondió que él no discutía con nazis y @NiquitoSS replicó: “Andá al muro de los lamentos a llorar antes de que Irán te lo haga c.”.

El episodio que motivó la instrucción del expediente ocurrió en octubre de 2016, cuando el periodista Ernesto Tenembaum fue víctima de insultos antisemitas en Twitter por parte de usuarios abiertamente neonazis y admiradores de Adolf Hitler.

Por su parte, D.P. acotó: “Si te parece un chiste la soberanía argentina en las islas Malvinas, a mí me causa mucha gracia que los hayan hecho jabón”.

Al ratificar el procesamiento de D.P., la alzada enfatizó que -a través de un medio de comunicación abierto y masivo como es la red social Twitter- reivindicó actos criminales catalogados como delitos contra el derecho de gentes, ejecutados por el régimen nacional socialista imperante en la Alemania nazi a mediados del siglo pasado, y aclaró que el mensaje no podía ser rotulado como “respuesta individual y descontrolada contra una expresión que habría afectado los sentimientos del autor”; en especial, teniendo en cuenta que la evidencia obtenida tras la requisa del domicilio habitado por el encartado, consistente en material fotográfico en compañía de otros adherentes en actitud festiva exhibiendo banderas con la cruz esvástica, junto con los llamados “‘memes” burlones y panfletos que exhibían “imágenes enaltecidas de los principales sostenedores del régimen que se encargó de perseguir y exterminar” a millones de personas.

Para el tribunal, la manifestaciones del encausado y las demás pruebas colectadas en la causa constituyen indicadores elocuentes de que excedió el ámbito de la “inocua manifestación de una idea o sentimiento”.

En esa línea, concluyó que las pruebas valoradas por el a quo indican que hubo una exteriorización y preconización de ideas discriminatorias, que conllevan el peligro de generar una imitación o “de alentar el consenso de un pensamiento desprovisto de toda consideración de la dignidad humana”.

“Lo que se penaliza a través de la tipicidad contenida en el artículo 3 de la ley 23592 es el hecho de que esa proclama de superioridad de una raza o grupo de personas de determinada religión, etnia o color tenga como finalidad la búsqueda de su justificación o promoción de una arbitraria discriminación”, recordó la Cámara, precisando que, a su vez, en el segundo párrafo de la norma se amplía el marco de imputación al tipificar otras acciones, como las de alentar o incitar, que se dirigen a animar, infundir o estimular una finalidad persecutoria hacia una determinada raza por el sólo hecho de pertenecer a ella. [/privado]