ESCUCHARDe acuerdo con la hipótesis de los investigadores, los imputados se valían de la subordinación espiritual de sus seguidores, generando su sujeción en el contexto de una relación de dependencia
En el marco de una pesquisa en la que se investiga a una organización criminal presuntamente dedicada la trata de personas con fines de explotación laboral, que funcionaría bajo la fachada de una secta religiosa en distintas localidades de las provincias de Entre Ríos y Buenos Aires, cuatro personas -dos falsos pastores y dos líderes de una congregación- fueron detenidas.
Los “pastores” quedaron demorados en el aeropuerto internacional de Ezeiza, cuando estaban a punto de abordar un vuelo con destino a España.
En tanto, luego de un operativo en un campo ubicado en la localidad de El Redomón, departamento de Concordia, Entre Ríos, donde funcionaba la organización, 12 víctimas fueron rescatadas, tres de ellas menores de edad, y se detuvo a los otros dos imputados, una pareja a quien se identificó como “líderes” o “tutores”.
Ambos serían los responsables del lugar y se les enrostra haber retenido la documentación personal de los damnificados.
En el allanamiento se secuestró una carabina (marca Mahely, calibre 22, con 163 municiones), cajas con medicamentos y teléfonos celulares.
En otros seis procedimientos que se concretaron en localidades de las provincias de Entre Ríos y Buenos Aires (Berazategui, Florencio Varela y Quilmes) se secuestraron dispositivos de almacenamiento, folletos de la supuesta iglesia, drogas legales, cuadernos y documentación considerada de interés.
Los cuatro detenidos ya fueron indagados por la titular del Juzgado Federal de Concordia, Analía Ramponi, y la fiscal federal Josefina Minatta, en orden al delito de trata de personas con fines de explotación laboral, agravado por abuso de una situación de vulnerabilidad, por ser más de tres víctimas, por la participación de tres o más personas y por existir víctimas menores de edad.
Durante los próximos días están previstas las audiencias de declaración de otras siete personas imputadas -que se encuentran en libertad-, quienes también formarían parte de la banda criminal.
Según se estableció hasta la fecha, la organización captaba a personas en situación de vulnerabilidad (marcada por sus estados de depresión, circunstancias familiares adversas, edades y carencias socioeconómicas, entre otras), con el objetivo de que asistieran a reuniones “religiosas” en las que se les decía que Dios se comunicaba con uno de los falsos pastores.
Las primeras reuniones se hicieron en una casa quinta llamada “El Rincón del Tío”, en Florencio Varela.
En ese contexto, los ahora imputados lograron la confianza de las víctimas, para luego trasladarlas y de reducirlas a servidumbre, a efectos de que cumplieran diferentes tareas laborales en el denominado “Campo Iti Jerusalém”, ubicado en El Redomón, en Concordia, donde los fieles perdían su libertad ambulatoria y debían realizar tareas relativas al cuidado de animales como ovejas, gallinas y cerdos, así como prestar sus servicios en ferias abiertas al público, sin percibir remuneración alguna.
De acuerdo con la pesquisa, los miembros de la supuesta congregación les retenían a los captados sus documentos de identidad, sus celulares y todo medio que permitiera su contacto con el exterior. Sólo podían usar los teléfonos de los “líderes” o “tutores” del establecimiento los domingos y en un contexto vigilado.
De ese modo, los encausados lograron aislar a los individuos a los que sometían.
Reclutamiento
La Fiscalía informó que el hecho investigado presupone una dinámica de reclutamiento como punto de partida y un proceso de captación en un contexto de persuasión espiritual.
En ese sentido, precisó que la víctimas se habrían trasladado al predio de la iglesia “bajo el supuesto de que “Dios las había elegido y las había enviado ahí”.
De acuerdo con la hipótesis de los investigadores, los imputados se valían de la subordinación espiritual de sus seguidores, generando su sujeción en el contexto de una relación de dependencia.
La instrucción de la causa comenzó en mayo pasado, luego de una denuncia anónima recibida en la línea telefónica gratuita 145, gestionada en conjunto por la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), junto al Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento de Víctimas Damnificadas por el Delito de Trata.
En esa oportunidad, una persona puso en conocimiento que una “secta religiosa captaba a personas de bajos recursos del sur del Conurbano bonaerense y las llevaba a la provincia de Entre Ríos”.
