El fiscal Federal Nº1 de la ciudad de Córdoba, Enrique Senestrari, pidió el procesamiento de cuatro de los imputados que supuestamente fueron negligentes en su actividad en el Aeropuerto Ambrosio Taravella y causaron el accidente de un avión Pipper, en el que murieron seis personas y otras tres resultaron heridas, entre ellas varios miembros del equipo Toyota de TC 2000.
El dictamen involucra al jefe del Aeropuerto Internacional Córdoba, comodoro Hugo Eduardo Argañaraz; al gerente de Planificación Federal y Seguridad Aeroportuaria perteneciente al Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna), comodoro Hugo César Chunco; al observador meteorológico de superficie de la Estación Meteorológica del Aeropuerto, Edgardo Gabriel Mazzieri, y al director de Tránsito Aéreo, José Antonio Álvarez.
Según la información a la que tuvo accceso Comercio y Justicia, Senestrari también solicitó el sobreseimiento de Adolfo Apesseche, ex administrador del Aeropuerto Internacional. En noviembre pasado, al igual que Argañaraz y Mazziere, Apesseche fue imputado por el delito de homicidio culposo por inobservancia de los reglamentos o deberes a su cargo, agravado por la pluralidad de víctimas, en concurso real con lesiones culposas, agravadas por la pluralidad de víctimas. A criterio del Ministerio Público, el avance de la investigación ha permitido demostrar que el ex administrador del Aeropuerto no tenía relación alguna con la seguridad operativa de éste y, por ese motivo el fiscal federal reclamó que se lo desvincule de la causa.
En tanto, para el comodoro Chunco, Senestrari pidió su procesamiento en este caso no por el delito de homicidio culposo sino por incumplimiento de los deberes de funcionario público.
La resolución de la Fiscalía fue elevada al juez federal N°1 de Córdoba, Ricardo Bustos Fierro, quien de no ordenar la realización de nuevas medidas de investigación, la causa podría ser elevada próximamente a juicio.
Hechos
El accidente en cuestión ocurrió en la ciudad de Córdoba el 8 de mayo de 2005 poco después de las 22.30, cuando un avión Pipper Navajo Chiftain, a cargo del piloto Daniel Reynoso y del copiloto Mario Corti, que trasladaba a siete pasajeros, se aprestaba a aterrizar en el aeropuerto. Según lo investigado, en esos momentos lloviznaba y las condiciones meteorológicas empeoraban continuamente, a punto tal que lo aconsejable hubiera sido el cierre del aeropuerto. Sin embargo, desde la torre de control se autorizó el aterrizaje, que se haría de modo instrumental hasta que el piloto tuviera la pista a la vista, luego de lo cual concluiría la maniobra en forma visual.
La última comunicación radial entre la torre y el piloto fue a las 22.26. Pasadas las 23, el avión fue hallado en proximidades de la cabecera de una de las pistas, destruído prácticamente en su totalidad.
La causa: una antena mal instalada A la hora de decidir las imputaciones, en noviembre pasado, el Ministerio Público fundamentó su decisión en la pericia oficial realizada por el ingeniero Roberto Herbstein, y dejó de lado el informe de la Junta de Investigaciones de Accidentes de Aviación Civil. En la pericia oficial se determinó que la causa directa del accidente fue la antena “incorrecta Leé tambiénMás popularesNewsletterFormá parte de nuestra comunidad de Empresarios y Profesionales y recibí la información especializada más relevante para que puedas anticiparte en tus decisiones estratégicas.
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