Pese a no resultar vencido, padre paga costas en proceso por alimentos

Si bien al definirse la causa las partes arribaron a un acuerdo sobre el monto de la cuota, el tribunal consideró que la mujer tuvo que iniciar una demanda para lograr el aumento de la mensualidad

Con fundamento en la naturaleza de la materia en discusión; esto es, la cuota alimentaria, las especiales circunstancias de la causa, la solidaridad familiar y la protección de la incolumidad de la prestación alimentaria, la Cámara 2ª de Familia de Córdoba impuso al hombre las costas de un proceso contencioso por alimentos, pese a que no resultó vencido en la causa.

El hombre se agravió de esa decisión porque se le impusieron las gastos causídicos por la demanda de alimentos fijados a favor de su hija, explicando que la alimentada había peticionado se estableciera la cuota de 25% de sus ingresos, mientras que su parte había ofrecido abonar 20% de los haberes que percibe, y que en este último porcentaje se fijaron los alimentos.

Los vocales Roberto Rossi, Graciela Moreno de Ugarte y Fabián Faraoni indicaron que la circunstancia referida en torno al porcentaje pretendido, al ofrecido y al finalmente otorgado no fue desconocido por la juzgadora ni erróneamente valorado como alegaba el padre.

Informe Así, refirieron que la forma en que se resolvió la diferencia existente entre el porcentaje ofrecido y el monto abonado surge del informe bancario acompañado por el propio demandado, a lo que adiciona el principio general en materia de alimentos de imposición de costas al alimentante.

Al respecto, la cámara remarcó que este “fundamento dirimente” no ha sido refutado por el recurrente, por lo que la cuestión ha quedado incólume, indicando asimismo que en materia de alimentos rige el principio general que prescribe que las costas deben ser soportadas por el obligado al pago, el que responde al imperativo de proteger la incolumidad de la prestación alimentaria.

Para el tribunal de alzada, lo contrario significaría hacer recaer las costas sobre las cuotas fijadas, quedando así desvirtuada la finalidad de la prestación, refiriendo que en las cuestiones alimentarias se aplica el principio general que las costas del juicio deben imponerse al obligado al pago, dado el carácter asistencial de la prestación alimentaria y su protección de cualquier menoscabo.

Además, ponderaron los camaristas que, en el caso, no existe mérito para distribuir las costas como pretende el recurrente, ni para apartarse del principio general enunciado, ni tampoco del principio objetivo de la derrota, plasmado en el artículo 130 del Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia.

Prestación Para los jueces, basta con considerar que la accionante debió iniciar la demanda de alimentos a los fines de la fijación de una prestación alimentaria acorde a las necesidades de su hija, atendiendo a que lo aportado por el progenitor era insuficiente para cubrir las necesidades alimentarias, resaltando que, con el reclamo efectuado se obtiene la fijación de un aumento de la cuota alimentaria acordada en forma provisoria, aun cuando ambas partes reconocen que el alimentante fue ajustando voluntariamente dicho monto en el tiempo.

El tribunal advirtió que la necesidad de la interpelación judicial también fue reconocida por el propio alimentante desde que afirma que recién con el dictado de la sentencia debía el 20% ofrecido al contestar la demanda, derivando de ello que lo sustentado por la jueza en orden a la diferencia existente entre el monto ofrecido y las constancias bancarias de las que surge el monto efectivamente depositado en base a los recibos de haberes del alimentante, viene a reforzar el vencimiento del demandado y, en consecuencia, la condena en costas dispuesta.

Porcentaje Por lo demás, el fallo argumentó que en el caso se hizo lugar a la acción de alimentos peticionada, a la que, si bien prosperó por un porcentaje inferior al pretendido en la demanda, esta diferencia no le resta justicia al reclamo alimentario formulado por la actora.

En definitiva, los camaristas concluyeron que no puede el alimentante pretender exonerarse de cargar con las costas toda vez que “se está ante una verdadera parte vencedora y otra vencida; el demandado sufrió la derrota total, aunque la acción entablada hubiera prosperado por un porcentaje menor que el pretendido” y en virtud de lo expuesto, en el fallo se resolvió confirmar que el hombre se debe hacer cargo de las costas del proceso.