La mujer llegó a juicio imputada como partícipe primaria. El TSJ neuquino ratificó su absolución porque se encontraba en un estado de vulnerabilidad, que condicionó severamente la capacidad de proteger a los menores
La Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de Neuquén confirmó la absolución de una mujer (M.), acusada de ser partícipe primaria en los abusos sexuales cometidos por su pareja (C.) contra sus hijos. La mujer, madre de las tres víctimas que eran menores de edad en el momento de los hechos, había sido previamente declarada responsable por un jurado popular. Se le imputaba haber permitido que C. llevara a cabo los abusos, omitiendo evitarlo pese a su deber legal de cuidado y protección como madre en ejercicio de la patria potestad.
Sin embargo, el Tribunal de Impugnación revocó esa condena, señalando que no había pruebas de que la acusada hubiera prestado cooperación o auxilio para que los abusos se cometieran, ni que hubiera una intención compartida entre ambos. Además, el Ministerio Público Fiscal (MPF) no logró demostrar que M. tuviera conocimiento de las agresiones sexuales.
El Tribunal Superior de Neuquén también concluyó que no se pudo probar que la mujer supiera de los abusos ni que actuara con dolo, y además no estuvo presente en el momento de las agresiones.
En su análisis, la Sala Penal enfatizó la importancia de considerar el contexto de los delitos desde una perspectiva de género, subrayando que en muchos casos, las víctimas de violencia no reconocen su propia situación debido a la normalización de la misma. Además, resaltó la necesidad de superar los estereotipos de género, como el de “mala madre”, y reconocer las situaciones de vulnerabilidad que enfrentan muchas mujeres.
Si bien los niños declararon que una vez le contaron a su madre lo ocurrido, pero que ella no les creyó, la defensa argumentó que no creer no constituye un delito, y que la negación de la madre podía explicarse por su propia situación de vulnerabilidad.
Finalmente, el Tribunal Superior destacó que la violencia sufrida por la madre no solo afecta a sus hijos de manera directa, sino que también limita gravemente su capacidad de protegerlos, una reflexión realizada por los vocales Evaldo Dario Moya y Alfredo Elosu Larumbe.