ESCUCHARG. V. tiene 64 años y le solicitó a la Justicia de Río Negro que autorice a los médicos a que pongan fin a su vida. Expuso que su situación personal y económica es dramática y que por su religión no puede suicidarse.
Un hombre de 64 años que padece un grave cuadro de diabetes presentó un amparo con el fin de que la Justicia de Río Negro autorice a los médicos a ponerle fin a su vida.
G. V. detalló que es insulino-dependiente, tiene problemas cardíacos y una retinopatía diabética progresiva. Además, indicó que su situación familiar y económica es pésima y que no puede costear sus tratamientos.
“Sin previsión social ni pensión alguna, sin vivienda y sin posibilidades de una vida digna es que solicito se me otorgue el beneficio de la eutanasia, ya que tampoco puedo soportar el sufrimiento psicológico y moral de esta vida que no es digna de un ser humano”, sostuvo el actor.
También adujo que hacía su pedido en razón de los “horribles dolores” que sufre por su enfermedad y por su “situación de exclusión social”, detallando que lleva muchos meses sin salario ni recurso alguno.
G. V. es paciente del hospital Ramón Carrillo y vive en una casilla prestada, que no tiene gas, luz ni agua, en la zona de Villa Lago Gutiérrez, en Bariloche.
En 2006 el actor presentó un amparo por su salud y en 2012 la Cámara del Trabajo de Cipolleti intimó al hospital a efectivizar una derivación para que se le practicara una intervención de retina y para que se le suministrara la insulina que necesitaba.
En su reclamo, G. V. recordó que inició un juicio sumarísimo ante la Cámara Primera del Trabajo de Bariloche -que aún no se resolvió- porque “le quitaron su empleo a finales de 2013, en el Centro Administrativo de la Provincia”, en donde -según sostuvo- se desempeñó como chofer y encargado de fauna.
Dignidad
“Estoy pidiendo la eutanasia porque no quiero vivir así, no tanto por las cosas materiales sino porque mi dignidad está destruida”, explicó. También sostuvo que es católico y que por eso no puede suicidarse. “No puedo caminar, no puedo trabajar y no quiero vivir de la caridad”, aseguró.
Recientemente, la Corte Suprema de Justicia de la Nación reconoció el derecho de todo paciente a decidir su muerte digna, al pronunciarse en el caso de una persona que tuvo un accidente y estuvo internada en estado vegetativo durante 20 años, en Neuquén.
