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Es el noveno matrimonio entre personas del mismo sexo que se logra mediante la vía judicial. «Nuestras familias existen, somos una realidad» dijo uno de los contrayentes para interpelar al Senado, que tratará el proyecto de ley el 14 de julio.
Alejandro González, de 30 años y Alberto Báez, de 40, se casaron luego de haber presentado un recurso de amparo en la justicia porteña en diciembre del año pasado y que éste saliera favorable a mediados de mayo, aunque tras la apelación de la fiscal la sentencia quedó firme hace 15 días.
«El Senado tiene que tomar conciencia que nuestras familias existen, que ya estamos, que somos una realidad», dijo González a Télam y añadió: «No somos ciudadanos de segunda, por eso pedimos que voten a conciencia y no se dejen presionar».
El Senado debatirá el 14 de julio el proyecto de matrimonio para personas del mismo sexo que ya fue aprobado en Diputados, pero que ayer fue rechazado por la Comisión de Legislación General de la cámara baja, que impuso un proyecto de mayoría que contempla la unión civil como alternativa.
«Nos conocemos hace 12 años y teníamos pensado hacer la unión civil. Pero nos enteramos de la movida que realiza la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) y decidimos apostar por el matrimonio», destacó González.
Báez aseguró que «rechazamos la unión civil porque es un contrato comercial que a nosostros no nos sirve», mientras su flamante cónyuge dijo que «el matrimonio es lo que legalmente nos ampara y nos trata a todos por igual».
«Si el Senado no vota la ley, esta forma de casarse (la vía judicial) sería la excepción a la regla y nosotros queremos que la regla, como cualquier ciudadano común, sea poder ir a un Registro Civil sin recurrir a la Justicia», precisó González.
