Otorgan mayor daño moral en accidente de tránsito por la avanzada edad de la víctima

El tribunal incrementó el rubro al comprobarse la forma como las lesiones padecidas repercutieron negativamente en la anciana. No obstante, rechazó el reclamo por servicio doméstico, pretendido sólo de manera presuncional

Al observar las lesiones padecidas por quien fue víctima de un accidente de tránsito, la incapacidad que sobrevino al siniestro, la edad avanzada y cómo afectó su salud y estado de ánimo, la Cámara 5ª en lo Civil y Comercial de Córdoba hizo lugar a la apelación de la mujer e incrementó el daño moral al monto peticionado al demandar. Sin embargo, al no existir prueba directa de que hubiera tenido que contratar servicio doméstico para que la auxiliara, se confirmó el rechazo de este rubro.

La parte accionante demandó daños y perjuicios por un accidente de tránsito y apeló la sentencia por los rubros que prosperaron, por los que se había condenado a un conductor de Transporte Automotor Municipal SE (Tamse) y a Protección Mutual de Transporte Público.

Acreditado

Los vocales Joaquín Ferrer y Claudia Salazar, al analizar el monto del daño moral, indicaron que la accionante sostuvo que quedó debidamente acreditado -no sólo con el peritaje médico sino también por los dichos de un testigo- que la actora ha quedado con una limitación funcional importante, ya que tuvo que luchar mucho con la parte emocional de la paciente, ya que “había días que no quería levantarse para hacer la rehabilitación”.

La cámara sostuvo que se probó que a causa del siniestro la actora sufrió traumatismo de cráneo, de rodilla y de la pierna izquierda, que se le realizaron tres puntos de sutura en el cuero cabelludo y le diagnosticaron fractura de platillo tibial externo, y que fue intervenida quirúrgicamente por dicha lesión.

Asimismo, indicó que del peritaje médico se desprendió que las lesiones sufridas estaban provocando una rodilla dolorosa y una artrosis por consecuencia de la incongruencia articular y un andar limitado, utilizando un bastón.

El tribunal destacó que ese informe dictaminó que, como consecuencia del accidente, la mujer quedó con una incapacidad físico, estética y anátomofuncional parcial, permanente y definitiva de 20%

De ello, el fallo derivó que la incapacidad física revistió entidad a los efectos de producir una limitación de relevancia en la actora, que a todas luces impactó en su estado de ánimo, máxime teniendo en cuenta su edad al momento del siniestro -79 años-.

Circunstancias

Por lo expuesto, los camaristas concluyeron que las circunstancias detalladas revelaban que las lesiones y sus consecuencias habían tenido entidad suficiente y le ocasionaron a la accionante un perjuicio de esta naturaleza que debía ser indemnizado de manera integral, advirtiéndose de que la suma otorgada por el sentenciante a tales fines resultaba exigua.

Así las cosas, en el fallo se resolvió que debía acogerse la suma de $10.000 por daño moral, reclamada en demanda, a los efectos de procurar una debida satisfacción sustitutiva y compensatoria del daño moral que padeció la actora, en relación con el menoscabo injustamente sufrido, ya que con dicha suma la actora podría haber realizado un viaje turístico doméstico, como placer sustitutivo.

En consecuencia, se ordenó que debía revocarse el monto otorgado por el rubro en cuestión y ampliarlo a la suma mencionada, con más los intereses correspondientes conforme la tasa pasiva que publica el Banco Central con más 2% nominal mensual desde la fecha del hecho -3/12/2004 - hasta su efectivo pago.

Asistencia

Luego, la cámara examinó el agravio por el cual la parte apelante cuestiona el rechazo del rubro gastos de servicio doméstico o asistencia de otra persona, frente al cual expuso que la actora se quejó de lo sostenido por el a quo, en cuanto a que no se acreditó la pretensión omitiendo considerar, aun como prueba indiciaria y/o presuncional, que si se tiene en cuenta la incapacidad acreditada, la historia clínica incorporada a autos, y el informe del perito médico oficial, todo ello hace presumir la necesidad de asistencia en los períodos mencionados en la demanda.

Al respecto, la cámara consideró que de las pruebas no se desprendía elemento alguno que revelara la asistencia a la que hace referencia la parte actora, toda vez que no surgía de qué tipo de apoyo o ayuda requirió la actora, quién se la brindó, durante qué término y los gastos que generó tal prestación.

En tal sentido, el tribunal subrayó que la parte recurrente pretendía justificar la ausencia de prueba acerca del rubro en cuestión amparándose en presunciones o indicios propios de aquellos supuestos referidos, en los que se valora la procedencia de los gastos médicos, pero en este caso, no puede emparentarse con aquel, pues revisten naturalezas disímiles, y a los efectos de su demostración resulta menester producir elementos convictivos tendientes a determinar su naturaleza alcance temporal, esto es, el tiempo en que fue necesaria dicha prestación de asistencia y los gastos erogados a dichos fines.