Otorgan la adopción a una jubilada que ofició de guardadora de una niña

En el mismo acto judicial y después de considerar cumplido el plazo de guarda con fines de adopción establecido por el artículo 614 del Código Civil y Comercial (CCC), toda vez que durante el tiempo de convivencia -de tres años aproximadamente- de la niña con la pretensa adoptante se consolidaron los vínculos afectivos, que trascendieron la simple guarda de hecho y le dieron a ésta el carácter de guarda judicial con fines adoptivos, el Juzgado de Control, Niñez, Juventud, Penal Juvenil y Faltas de Alta Gracia declaró la inaplicabilidad del artículo 616 del citado plexo normativo al caso concreto, que establece el inicio del proceso de adopción, e hizo lugar a la adopción plena de la menor a una mujer jubilada, quien la cuidó como su hija desde el momento en que la niña dejó su internación hospitalaria debido a los graves problemas de salud que acarreó desde su nacimiento.[privado] El titular del juzgado, Claudio Guillermo Lasso, al analizar la cuestión indicó que el 14 febrero de 2014, la Unidad de Desarrollo Regional de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) - Córdoba comunicó a ese tribunal la adopción de la medida excepcional con relación a L. A. V., quien tenía en ese momento un año y seis meses de edad, para resguardarla, en primera instancia en el Hospital Pediátrico de la ciudad de Córdoba. Diagnóstico La bebé ingresó al hospital con diagnóstico de parálisis del plexo braquial, parálisis diafragmática y RGE, y permaneció hospitalizada hasta mayo de 2015 (un año y tres meses). Agregó el tribunal que la Senaf ordenó la innovación de la medida de tercer nivel prevista en el artículo 48 de la ley 9944 y que la niña quedó bajo el cuidado y protección de A. I. A. El juez indicó que ésta manifestó en audiencia, del 6 de abril de 2016, su decisión de adoptar a la menor L. A. V., de lo que derivó que, “siendo el suscripto competente para resolver la situación jurídica definitiva de L., quien se encuentra en estado de adoptabilidad, considerando los elementos de prueba y haciendo hincapié en lo que aparece como más favorable para el normal crecimiento y desarrollo de L., atendiendo a su historia vital y fundamentalmente respetando el interés superior del niño, considero que la mejor medida de protección de derechos para la niña de autos es insertarla de manera definitiva en su actual hogar, otorgándole a la Sra. A. I. A. la guarda con fines de adopción de L. A. V., de cinco años de edad”. El juez consideró que se ha cumplido el plazo de guarda con fines de adopción establecido por ley, toda vez que durante todo el tiempo de convivencia -tres años aproximadamente- de la niña L. con la Sra. A. I. A., se han consolidado los vínculos afectivos, ocupando la niña el lugar de hija y A. ejerciendo el rol de madre. El tribunal argumentó que la niña desde su nacimiento hasta el momento de la innovación de la medida excepcional dispuesta por la Senaf, permaneció hospitalizada al cuidado de profesionales médicos, no de sus progenitores o familia extensa, y que fue sólo con A. con quien logró alcanzar avances y cambios motrices, médicos y afectivos, remarcando que “no sólo se advirtieron avances médicos sino afectivos entre ambas, lo que sin duda permitió que la niña se estabilizara no sólo emocionalmente sino en su estado de salud, que tuvo un cambio rotundo”. Diferencia El fallo consideró asimismo que L., desde lo verbal, ubica a los hijos de A. en el lugar de “tíos”, lo cual “se estima devendría de la marcada diferencia de edades entre los mismos, referenciando a A. como “mamá”, si bien ésta menciona que “la llamaría indistintamente mamá o abuela, en función de escuchar cómo la nombran los nietos de la Sra. con quienes L. compartiría tiempo”. El magistrado evaluó que “por los elementos de prueba analizados, lo informado por el equipo técnico de adopción tanto respecto de la relación de A. y L. como de que no habría actualmente postulantes inscriptos y evaluados (...) en condiciones de asumir una guarda con fines de adopción, considero que dicho interés superior en el caso que nos ocupa se respeta y aplica dándole certeza jurídica y definitiva a la actual situación provisoria, transformando la actual guarda por una guarda judicial con fines de adopción a favor de A. I. A., quien es la persona idónea para cuidar y proteger a L. y garantizarle todos sus derechos”. En ese estado, consideró el juez que se ha cumplido el plazo de guarda con fines de adopción establecido por ley, toda vez que durante todo el tiempo de convivencia -tres años aproximadamente- de la niña L. con la Sra. A. I. A., se han consolidado los vínculos afectivos, y ocupa la niña el lugar de hija y A. ejerce el rol de madre. Por ello, resolvió el juez otorgar la guarda judicial con fines de adopción plena a A. I. A. y tener por cumplido el periodo de la guarda por la pretensa adoptante, requisito exigido para el inicio del trámite de adopción de la niña de autos. Términos Asimismo, el tribunal entendió que corresponde por el mismo acto otorgar la adopción plena en los términos de los arts. 599, 620 1er. párrafo, 625 inc. a) y ccdtes del CCCN, de la niña L. A. V. a favor de A. I. A., declarando la inaplicabilidad del art. 616 del CCCN que reza: “Inicio del proceso de adopción. Una vez cumplido el periodo de guarda, el juez interviniente, de oficio o a pedido de parte o de la autoridad administrativa, inicia el proceso de adopción”, porque en este caso en particular su aplicación iría en contra de derechos de raigambre constitucional que se le reconocen a los “niños, niñas y adolescentes”, en la Convención sobre los Derechos del Niño. Así, el magistrado argumentó que el rigorismo formal “debe ceder ante el interés superior del niño al considerar que diferir el pronunciamiento de la adopción plena de la niña L. en favor de A. I. A., por cumplimentar con un nuevo proceso, en este caso el previsto por el art. 616 del CCC, no hace más que afectar el interés superior del niño contemplado en la Convención mencionada, dilatando su colocación definitiva como ‘hija’ dentro de su actual seno familiar, con quienes convive desde hace poco más de tres años, revictimizándola con nuevas presencias y audiencias en estos tribunales, y efectuando una intromisión excesiva del Estado en la familia; y por otra parte, ocasionaría un desgaste jurisdiccional innecesario”. Asimismo, destacó Lasso que de esta manera se da “certeza jurídica” de manera definitiva a esa situación ya descripta de la niña y su actual familia, garantizando el interés superior de ella. Finalmente, el juez reflexionó que aplicar la ley general y abstracta, sin tener en consideración los casos que a diario se presentan ante los estrados judiciales, sin evaluar la problemática que cada uno de ellos representa, más aún en casos en los que se encuentran involucrados niñas, niños y adolescentes, significaría retrotraer todo a su estado anterior en lo que a la situación de vulnerabilidad respecta y en la cual desgraciadamente se hallaba la niña L. A. Autos: "V., L. A., MEDIDA EXCEPCIONAL, CONTROL DE LEGALIDAD, EXPTE. SAC Nº 1748367" Descargá el fallo [/privado]

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