No pudo demostrar que había criado ganado durante 20 años

La tribunal advirtió que quien dijo dedicarse a la explotación ganadera en el inmueble no acercó ni un sólo registro de esa actividad, la cual requiere varios deberes registrales ante el Estado para ser realizada en forma legal

Al entender que la accionante demostró su derecho a poseer y reivindicar los inmuebles de su propiedad como heredera de su padre, ello sumado el déficit probatorio en que incurrió la demandada al no rendir prueba indubitable y completa acerca de la posesión del inmueble durante el plazo legal para adquirirlo por prescripción, la Cámara 7ª en lo Civil y Comercial de Córdoba admitió la acción de reivindicación interpuesta por la primera y ordenó restituir los lotes en litigio.

La actora se agravió del acogimiento de la prescripción adquisitiva y cuestionó la valoración de la prueba, al sostener que del conjunto de los elementos arrimados a la causa surgía que la demandada no había poseído el inmueble reivindicado por un término superior a 20 años a la fecha de interposición de la demanda.

Títulos

La cámara, integrada por los vocales María Rosa Molina de Caminal, Rubén Atilio Remigio y Jorge Miguel Flores, indicó que -habiendo la actora presentado títulos de propiedad anteriores a la posesión y no habiendo acompañado la demandada título alguno- la ley presume que el autor del título era el poseedor y propietario de la heredad que se reivindica (artículo 2790 del Código Civil).

La alzada precisó al respecto que se trata de una presunción legal que admite prueba en contrario, recayendo producirla sobre la persona del demandado, quien opone la prescripción como defensa.

Así, el tribunal sostuvo que existe una presunción de que el antecesor dominial de la actora se encontraba en posesión del inmueble -posesión reconocida, además, por la demandada, quien refiere que fue luego perdida-.

La decisión añadió que, para el acogimiento de la excepción, era preciso que la parte demandada produjera prueba categórica e incontrastable de que había poseído por sí, excluyendo de la posesión al titular registral, y de que esa relación de hecho con la cosa se había extendido durante 20 años, nada de lo cual se verificó.

Ante ello, la cámara apreció que, tras analizar los elementos de prueba, la actividad probatoria desplegada por la demandada fue insuficiente.

Testimonios

En esa dirección, los camaristas apuntaron que, contrario a lo que dice la jueza de primera instancia, los testimonios presentados adolecen de inconsistencias respecto a la posesión y actos que la exteriorizarían y que las fechas a las que se remontan las declaraciones resultan difíciles de conciliar, siendo sugestiva la precisión de la mayoría de los testigos de fijar el inicio de la misma en el año 1985.

Respecto de la testimonial, el decisorio advirtió en las declaraciones una marcada tendencia a favorecer la posición de la demandada, testigos que deponen sobre supuestos hechos de más de 20 años antes con una notable y llamativa precisión, cuestiones que hacen dudar seriamente de la sinceridad de las manifestaciones.

Además, sobre los distintos testigos -a los que el tribunal calificó de débiles en credibilidad- se indicó que refirieron que el demandado criaba ganado, pese a que ninguna prueba distinta de la testimonial ha sido acompañada que acredite -sin lugar a dudas- que el accionado llevó a cabo una explotación ganadera; ni en el tiempo que refieren los testigos ni en ningún otro. Su marca ganadera es de 1990, con lo que no alcanza para el período de 20 años, además de que no indica en qué campo sería usada ésta.

Asimismo, los camaristas observaron que una persona supuestamente dedicada a la ganadería, titular de una marca, no acompañó al proceso ni siquiera una guía de ganado.

Tampoco se ha probado la existencia de ningún contrato relativo a animales, que fueran de probada titularidad de la parte demandada, ni nada que permitiera considerar que, efectivamente, el inmueble era poseído por él, y lo era con ese destino, no habiéndose acreditado ningún contrato de trabajo rural.

Conclusión

De ello el tribunal coligió que correspondía asumir que no había trabajadores que ayudaran a la parte demandada ni que tampoco se ha acreditado la existencia de inscripción impositiva alguna que demuestre la supuesta explotación ganadera en cuestión, como tampoco constancias de vacunación -o de compra de vacunas- o libreta sanitaria del ganado.

Finalmente, la cámara señaló que no podía soslayarse que el mercado cárnico obra debidamente regulado, por lo cual resulta imposible contar durante más de 20 años con una explotación ganadera sin tener ninguna de las constancias referenciadas, o sin haberlas tramitado, lo que permitiría requerirlas de organismos públicos para su constatación fehaciente.

En definitiva, en el fallo se rechazó la excepción de prescripción adquisitiva, admitiendo la acción de reivindicación y condenando a la demandada a proceder a la restitución de dichos inmuebles a la parte actora, libres de ocupantes y cosas por ella puestas, dentro de los diez días de firme la presente.