No demostró que su ex marido explotara bienes gananciales y le negaron el canon locativo

Los bienes no fueron usufructuados ni locados por el hombre, a pesar de que -antes de la división de bienes- él tenía el uso exclusivo de ellos. Tampoco se presumió que de los terrenos se derivara una renta

Al entender que la mujer -quien había reclamado a su ex esposo canon locativo sobre dos inmuebles gananciales que estuvieron bajo el uso exclusivo del hombre en la etapa de indivisión comunitaria- no rebatió la prueba que demostraba que no había usufructuado su explotación, la Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba (TSJ) confirmó la resolución de cámara que denegó a la reclamante el recurso de casación.

En el marco de un proceso de liquidación de sociedad conyugal, el fuero de Familia había denegado el recurso en cuestión, decisión sostenida por el Alto Cuerpo que, integrado por los vocales María Marta Cáceres, Domingo Sesin y Luis Eugenio Angulo Martín , indicó que la impugnante se agraviaba del rechazo del reclamo de canon locativo con relación a los dos bienes inmuebles, frente a lo cual adelantaron su opinión desfavorable, al considerar acertadas las razones dadas por la alzada.

Al respecto, sostuvo el TSJ que la detallada lectura del minucioso memorial presentado “da cuenta que las múltiples perspectivas esbozadas para objetar la repulsa en cuanto no habilitó el recurso en torno al rechazo del rubro ‘privación de uso’ de dos bienes inmuebles integrantes de la sociedad conyugal, confluyen -en realidad- en el ataque del criterio asumido para arribar a la conclusión desestimatoria, en base al material probatorio rendido en la causa referido a dichos bienes”.

Así, el fallo argumentó que, aunque se invoque la existencia de vicios formales (materializados en violación a la fundamentación lógica y congruencia), los embates de la reclamante trasuntan la intención de discutir la ponderación probatoria formulada sobre el destino actual de los lotes y la hermenéutica legal asumida para decidir la improcedencia del reclamo en relación a estos bienes, en función del alcance otorgado al “uso exclusivo”, aludido por la norma aplicada.

En esa dirección, los vocales precisaron que la recurrente, bajo el ropaje de una supuesta errónea selección de prueba teñida de arbitrariedad, estima que el resolutorio incurre en falta de razón suficiente al no otorgar razones de la decisión, perspectiva no compartida por el Alto Cuerpo.

Bajo esas premisas, los supremos consideraron que la cámara puso de manifiesto la decisión de rechazar el reclamo, destinado a que D. (el ex esposo) abone un canon locativo por los dos inmuebles contenidos en la presentación “luce dotada de razón suficiente al sostenerse en el dictamen pericial rendido en la causa”.

Informe

Sobre el particular, el TSJ recordó que el informe elaborado por el ingeniero M., ante el común acuerdo arribado por las partes para su intervención, destacando que en el caso resultó evidente que -en el temperamento del tribunal- lo informado por el perito resultó dirimente para tener por acreditada la falta de explotación de los lotes y la inexistencia de locación pactada sobre ellos.

Por lo expuesto, el tribunal derivó que la insistencia de la recurrente al señalar la falta de consideración de otros elementos para formar la convicción, “se desvanece al no poder identificar constancia específica en el conglomerado de causas que menciona, y con la trascendencia suficiente para modificar la decisión en torno al uso y goce excluyente de los bienes, como cuestión controvertida, ya que, la discusión no se vinculó con la adquisición o titularidad de los terrenos, sino con el destino que a ellos se otorga por parte del Sr. D. y según la interpretación legal efectuada por el Tribunal del alcance del art. 484 CCCN”.

En definitiva, en el fallo se resolvió que la genérica alusión a la pericial contable, documental, confesional, presuncional o indiciaria inserta en el escrito, “en modo alguno le ha permitido siquiera indicar de qué modo los elementos presuntamente preteridos hubieran podido modificar el sentido de lo resuelto, a través de la inclusión mental hipotética, por lo que el embate se revela inhábil para conceder el remedio extraordinario”.