Con los testimonios del último grupo de peritos especialistas, culminó este miércoles la etapa pericial y de debate sobre la prueba científica recabada en el caso que juzga los ataques a 13 bebés ocurridos en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba en 2022. Finalmente y de acuerdo a lo que dejaron las declaraciones testimoniales de médicos legistas, radiólogos, anatomopatólogos, obstetras, neonatólogos y pediatras, parte de los 14 peritos que han participado de la causa en su etapa de instrucción, entre el grupo de 13 casos sometidos a indagación en el juicio, se confirmaron con certeza científica y sin lugar a dudas los ataques en cinco casos, dos que arrojaron muertes de los bebés atacados y tres casos de criaturas sobrevivientes.
¿Por qué los peritos no avanzaron con certezas sobre el resto de los casos sometidos a su investigación? Porque como profesionales actuantes en pericias judiciales, deben contar con elementos científicamente incuestionables en cada caso, como es el caso de autopsias forenses o informes médicos directos realizados en el momento y lugar de los hechos, todo lo cual no se hizo de hecho en la mayoría de los casos hoy sometidos a indagación judicial.
Como este diario viene advirtiendo en la cobertura del caso, la tarea del equipo de peritos ha sido analizar las historias clínicas de los 13 bebés, las dos autopsias judiciales y los informes médicos adyacentes. El eje de su tarea estuvo en determinar (en cada caso y con un grado de certeza que no deje lugar a dudas) la imposibilidad de las descompensaciones por causas naturales, lo cual dejaría paso efectivo a la investigación penal sobre qué sucedió en cada caso.
Al final del día miércoles y después de tres jornadas de intenso debate y con la presencia de casi todo el grupo de especialistas que participó de la investigación preparatoria (salvo dos profesionales que no se encuentran en actividad actualmente), se concluyó que sobre los 13 casos bajo análisis como asesinatos o tentativas de asesinatos en bebés en el hospital Materno Neonatal, se cuenta con certezas sobre dos muertes y tres ataques a bebés sobrevivientes. El resto de los casos sometidos a análisis se divide entre casos que tienen mayor y menor probabilidad de entenderse en el marco de una hipótesis criminal.
Para los peritos, son homicidios y sin lugar a dudas, las muertes de Angeline Cornelio Rojas y de Melody Molina, ambas ocurridas el 6 de junio de 2022. Se trata de los únicos casos donde hubo autopsias forenses, judiciales.
La anatomopatóloga Alicia Muscarello, quien participó de las dos autopsias de junio como perito forense, dijo que “no había ninguna causa endógena” para producir bradicardias, con elevados análisis de potasio.
“Descartadas todas las posibles causas en la madre o en el bebé, la única explicación que puede tener es que se haya aplicado de manera exógena”, aportó Yuszczyk, otro perito para los casos de Melody y de Angeline.
También se consideraron ataques con intención homicida los casos de J.L., hijo de Brenda Leiva (11 de mayo de 2022), y M.T., hija de Ludmila Torres (6 de junio de 2022).
Ludmila tenía diabetes gestacional, tratada con dieta. Fue un embarazo controlado que puede tener repercusiones si no es tratado y este no fue el caso, informó la perito obstétrica. A las 13 horas de vida, J.L. presentó hipoglucemias. “No hay ninguna explicación médica razonable fuera de la inoculación exógena de insulina que sea compatible con la evolución clínica y resultados de laboratorio”, escribieron los peritos. El informe toxicológico para este caso refuerza al decir que el nivel de hiperinsulinemia “es conteste con administración externa”.
Los valores obtenidos fueron de 3.520 unidades y la manifestación clínica era coherente con eso. “No hay ninguna explicación para este valor de insulinemia, solamente por suicidio o inyección intencional”, aportó Yuszszyk. El jefe de tres servicios de neonatología en clínicas de Buenos Aires, consultor externo en este juicio, Néstor Vaín opinó que “es muy evidente que hubo un ingreso externo de insulina en este chico” y destacó como “notable el esfuerzo del equipo médico para tratar esta situación”, que era de altísimo riesgo de muerte.
En este caso y señalando hacia las responsabilidades funcionales, el fiscal Sergio Ruiz Moreno preguntó si no se debía denunciar y los médicos explicaron que sí si existe una hipótesis homicida. “Lo que tendría que haber ocurrido, y ocurrió, es un tratamiento agresivo de hipoglucemia y respondió favorablemente. No se te ocurre en ese momento que haya existido una intención homicida”, respondió Vaín.
En el caso de M.T., a las 20 horas de nacida se descompensó –con hiperinsulinismo– con cianosis. “No hay ninguna explicación médica razonable fuera de la inoculación exógena de insulina que sea compatible con la evolución clínica y con resultados de laboratorio”, se escribe en el informe. Se hizo el debate de este caso con la pantalla apagada en la sala de prensa por la necesidad de preservar datos privados de la madre.
Tenía una insulinemia mayor a 1.000, muy por encima de lo normal. La hipótesis es “administración exógena” y por efecto de la carga de insulina el potasio pasa a ser muy bajo. El bebé tuvo una infección intrahospitalaria, pero esto no tuvo que ver con las causas de su descompensación, sino que agravó su condición a posteriori. “Ninguna sepsis produce hiperinsulinemia en los valores que tenía esta bebé”, aclaró el perito Yuszszyk.
Estas intoxicaciones por insulina también fueron descriptas como “contestes con ingreso exógeno” por el informe toxicológico, que presentaron la bioquímica Virginia Soler y el perito consultor Luis Ferrari.
“Los valores son tan groseros, de dos mil a tres mil unidades, cuando ya un número de 25 a 30 es alto, que no tengo dudas de que hubo un agente externo que la introdujo”, consideró Vaín.
El tercer caso de un bebé sobreviviente que se da con certeza atribuible a una inyección, en este caso con mucha probabilidad, de potasio, es el de P.M., hija de María Martín, nacida también el 6 de junio de 2022.
Los expertos dicen que “los valores de laboratorio y la casi normalización del electrocardiograma con la corrección del potasio sugieren hiperkalemia como causa, y la lesión de piel y partes blandas y su evolución son compatibles con lesión química por inoculación de potasio”. También en este caso los registros de electrocardiograma son consistentes con exceso de potasio, de acuerdo al informe toxicológico.
“A las 10 horas de vida, tiene dificultad respiratoria y una lesión en el tórax que evoluciona a necrosis. Tuvo bradicardia, hipotonía y palidez. En el centro del área lesionada, se ve una herida punzocortante. Tiene signos de reacción típica al potasio”, reseñó Yuszszyk.