Municipio y contratista responden por no señalizar debidamente una obra

Un motociclista sufrió lesiones al tratar de evitar unas vallas unidas con un alambre poco visible, que cortaban el tránsito de una calle. Para el tribunal, ambas demandadas fueron responsables en el hecho

Después de que se acreditó la caída del demandante, que le produjo una lesión en su muñeca derecha al embestir con su moto unas vallas unidas con alambre que no pudo ver, el Juzgado 2º Civil y Comercial y Familia de Villa María condenó a la demandada Municipalidad de esa ciudad y a la contratista Arrow SRL al pago de los daños y perjuicios por incumplir el deber de seguridad.

El juez Arnaldo Enrique Romero entendió que eran coincidentes los testimonios en cuanto a que la caída del actor se produjo al circular con su moto por la calle Porfirio Seppey, entre Bolívar y Las Heras, en donde se encontró con las vallas unidas por un alambre que impedían el paso por un sector de la calzada, en virtud de la existencia de una obra de reparación.

Al respecto, el fallo sostuvo que el accionante alegó que visualizó dos vallas de metal que se encontraban distantes entre sí y colocadas en la hemicalzada por la cual circulaba, y adujo que, al ir acercándose, se percató de que estaban unidas por un fino alambre no señalado ni identificado, por lo que, para evitar el impacto, realizó una brusca maniobra de evasión y terminó por caer en el asfalto.

Violación

El presentante agregó que dichos alambre y vallado se encontraban en violación de las normas municipales, provinciales y nacionales relativas a la materia, toda vez que carecían de los elementos de señalización pertinentes, y destacó que la arteria no se encontraba cerrada, que el paso era libre y -a su entender- la obra estaba finalizada.

A los fines de encuadrar jurídicamente la cuestión, el juez señaló que en el caso resultaba de aplicación lo previsto en el Código Civil y Comercial (CCyC), en cuanto a la responsabilidad derivada de la intervención de cosas riesgosas.

En virtud de ello, el juzgador dijo que Arrow SRL, dueña del vallado y del alambre, en calidad de empresa contratada a cargo de llevar adelante la obra y guardián de ello, así como la Municipalidad de Villa María, al haber sido la licitó la obra, eran responsables del evento dañoso.

Así, el fallo evaluó que el bloqueo de una ruta, necesariamente, implica la creación de un grave riesgo o peligro de daño, que en el caso fue potenciado con la instalación de dos vallas unidas por un alambre no visible a simple vista, por lo que, siendo las vallas una cosa riesgosa por su naturaleza, basta a la parte actora acreditar algún contacto físico o conexión material y un daño adecuado para que se presuma la relación causal, sin necesidad de evidenciar ninguna irregularidad en el objeto.

Factor

Para Romero, en el caso se acreditó el carácter riesgoso de la cosa inerte, configurando un factor de atribución objetivo de responsabilidad, y la parte demandada no logró demostrar eximente alguno que la libere de responder.

En cuanto al grado de responsabilidad de las demandadas, el magistrado destacó que la Municipalidad reviste innegablemente el carácter de guardián de la calle en que se accidentó el actor, ya que ésta es un bien perteneciente al dominio público (artículo 235, CCyC).

Desde ese ángulo, el juez aplicó los artículos referidos a la responsabilidad extracontractual y los demandados deberán acreditar -para liberarse de responsabilidad- la ruptura del nexo causal (hecho de la víctima, hecho de un tercero o caso fortuito).

Asimismo, recordó que hubo un incumplimiento de la Municipalidad en su deber de mantener en buen estado de conservación la vía de circulación vehicular, extensible a la empresa licenciataria, encargada de la reparación de aquélla.

En consecuencia, ya sea como acción antijurídica o como omisión antijurídica, el tribunal vinculó causalmente el daño sufrido por el demandante con la intervención activa de la cosa riesgosa, resolviendo que ambas demandadas deben responder de forma solidaria.

Secuelas

El magistrado analizó que el demandante expresó que las secuelas que le ha dejado el accidente son de orden físico y psíquico y cuantifica el resarcimiento por el rubro “incapacidad sobreviniente” en la suma de $124.825,80, asegurando que para ello utilizó la fórmula Marshall.

Así, el juez valoró que en la causa la lesión se encuentra acreditada con el peritaje llevado a cabo, que dictamina que el actor presenta “una limitación funcional de la muñeca derecha, como secuela de fractura en la porción distal del cúbito y radio, valorado en el ocho por ciento (8%) de la total, de carácter parcial y permanente”.

En consecuencia, en el fallo se resolvió que el rubro prospera por la suma de $310.194,59 y consideró en $10.000 la indemnización por daño moral, argumentando que resulta ajustada a derecho y sumando que, debidamente actualizada, permitirá brindarle al damnificado “placeres que compensarían el dolor que sufrió como consecuencia del hecho lesivo, con más intereses desde la fecha del hecho (20/09/2016) y hasta su efectivo pago”.