Múltiple condena a empresas por dificultades del comprador de un teléfono celular

El aparato fue bloqueado por tener la misma identificación (IMEI) que otro dispositivo, según denunció una compañía operadora

La Sala B de la Cámara Nacional en lo Comercial confirmó la sentencia de primera instancia que condenó a Samsung, Frávega y Telefónica (Movistar) por los perjuicios que sufrió el comprador de un teléfono celular de la primera marca, adquirido en el comercio mencionado en segundo lugar y bloqueado por el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) por haber sido denunciado como perteneciente a otro usuario.

El afectado demandó a las tres empresas en un juicio sumarísimo, el tribunal de grado le dio la razón y condenando a las accionadas al pago de $227.467,95 con más los intereses y costas, fallo que fue apelado por aquéllas.

El accionante compró un teléfono celular de la marca Samsung en un local de Frávega. Al día siguiente dejó de funcionar el parlante, por lo que debió cambiarlo, luego de lo cual lo utilizó unos meses, cuando quedó bloqueado, por lo que, tras un nuevo reclamo, una audiencia ante Defensa del Consumidor y otra ante mediación, pese a comprometerse a resolverlo, ambas empresas incumplieron el acuerdo al que se había arribado.

Denuncia

El Enacom le informó que el aparato estaba bloqueado, por lo que, tras averiguar luego de una mediación, descubrió que la empresa Telefónica era la responsable de esta acción por una denuncia de un cliente como línea en su compañía, lo que no podía revertirse.

Ya en instancia de apelación, las condenadas criticaron la atribución de responsabilidad y los daños admitidos y cuestionaron que se ordenara reparar el daño sin establecer la devolución del aparato o que se hubiera puesto en cabeza de Samsung la carga, imposible de probar, que no fabricó dos teléfonos con el mismo IMEI (del inglés International Mobile System Equipment Identity, un código de 15 dígitos pregrabado en los teléfonos móviles, que funge como un código internacional de identidad que tiene cada celular, que lo distingue de manera única).

Las camaristas Matilde Ballerini y María Guadalupe Vásquez explicaron que no estaban controvertidos la adquisición del teléfono y el bloqueo del IMEI y que eran las proveedoras las que tenían mayor responsabilidad y deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento del negocio.

Con respecto a Telefónica, la jueza de grado la consideró responsable por no probar que la denuncia radicada ante el Enacom fuera realizada correctamente, motivando el agravio de la comunicadora, porque ello no fue invocado por las partes.

Sin embargo, las camaristas reconocieron que siendo ésta quien reconoció haber efectuado la denuncia, “como mínimo, debió acreditar haber actuado diligentemente”, consignando que no pudo determinarse si el problema surgió de que existieran dos equipos con idéntico IMEI, lo que sería imposible, o si fue un error de carga por parte de esta operadora, ya que no se brindó ninguna justificación para entender por qué una línea que nunca había operado con Movistar figuraba en sus registros como siendo utilizada por otra clienta de la compañía, sumado a que la empresa no acompañó, pese a ser requerido, el domicilio de esa cliente para que fuera llamada como testigo, lo que contribuyó a la duda, al igual que no acompañó la grabación de la supuesta denuncia, estando en mejores condiciones de aportar la prueba.

Responsabilidades

Samsung fue considerada responsable por no probar que no fabricó dos aparatos pregrabándoles el mismo IMEI y, siendo que estaba en mejores condiciones de incorporar dicha prueba o de demostrar al menos que aquel equipo que motivó la denuncia por parte de Telefónica no llevaba el mismo número que el de la actora, la empresa no lo hizo, no colaboró en la etapa probatoria e incumplió su acuerdo en instancia de conciliación, por lo que debía entenderse que era responsable.

Respecto de Frávega, el fallo apuntó que no puede desentenderse de la responsabilidad porque si bien el bloqueo surgió de una denuncia, no aportó prueba sobre si existió un error de la operadora o un IMEI mellizo, por lo que, frente al adquirente, el vendedor responde solidariamente por la Ley de Defensa del Consumidor (LDC), no evidenciándose ningún interés en la solución del conflicto en ninguna de las instancias.

En cuanto a los daños, las magistradas entendieron que algunos planteos se descartarían por no haberse introducido en etapa oportuna y que, respecto al daño moral, las circunstancias del caso justificaban su admisión;en tanto, sobre el daño punitivo concluyeron que la falta de interés en la solución del problema lesionó el trato digno al cliente.