La reforma del Código Civil y Comercial causa una demanda cada vez más creciente. Las audiencias se están fijando con tres meses de plazo. El inmueble también tiene problemas edilicios.
Los trabajadores de los tribunales de Familia de Córdoba están preocupados y en “estado de alerta”. Luego del fin de la feria y a cuatro meses de la puesta en marcha del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, el trabajo se ha visto paulatinamente incrementado -algo que ya se preveía- en un fuero que ya estaba funcionando al límite.
A modo de ejemplo, Angélica Bustos, delegada de los trabajadores de Familia, explicó a Comercio y Justicia que se están fijando más audiencias y que el plazo ellas no es menor al término de tres meses, en el caso de las de carácter urgente.
Pese a que la demanda ha crecido notablemente, la estructura sigue siendo la misma desde hace años. El fuero cuenta con seis asesorías letradas desde hace más de 20 años y sólo se sumaron dos juzgados en los últimos años, que elevó la cantidad a un total de seis.
“Tras la reforma del Código se sumó un prosecretario, pero eso no modifica la situación”, recalcó Bustos, quien precisó a este medio que lo que se necesita concretamente es una ampliación del fuero. Esto significa -ni más ni menos- que crear más juzgados, más fiscalías y más asesorías.
Por su naturaleza, los tribunales de Familia son un fuero sensible y cada una de las causas debe ser estudiada con mucha precisión. “Calidad y cantidad no van de la mano”, remarcó la delegada, subrayando que empleados y funcionarios necesitan tomarse un tiempo para estudiar las causas “más allá de la experiencia que podamos tener”.
En este contexto, Bustos adelantó a este diario que los trabajadores ya están hablando sobre la necesidad de realizar un proyecto de ley que prevea la ampliación del fuero para suplir las necesidades crecientes de estos tribunales.
Otros problemas
A la creciente demanda y la escasa cantidad de personal para afrontarla, los empleados y abogados de Familia se quejan por las condiciones edilicias donde prestan servicio. “De los dos ascensores que tiene el edificio hace mucho que sólo funciona uno y muchas veces se rompe”, dicen.
El inmueble tiene siete pisos y en este último se fija, por ejemplo, el régimen de visitas asistidas. “He visto a madres subir por las escaleras con sus hijos en brazos”, aseguró Teresita Oliva, abogada especialista en Familia.
“El problema de los ascensores no es nuevo y aunque dicen que les dan mantenimiento están siempre rotos”, concluyó Oliva.