ESCUCHARLa fiscal Cristina Caamaño será la encargada de dirigir el Departamento de Captación de Comunicaciones. Aseguró que buscará dotar de más transparencia y eficiencia al sistema de intervenciones.
El titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Oscar Parrilli, anunció ayer el traspaso del control de las escuchas telefónicas de la AFI a la Procuración General de la Nación, a cargo de Alejandra Gils Carbó.
La información fue dada en conferencia de prensa por Parrilli luego de que el Gobierno publicó ayer en el Boletín Oficial la Nueva Doctrina de Inteligencia Nacional. El decreto 1311, que lleva la firma de Cristina Fernández y del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, define la doctrina como «un cuerpo doctrinario tendiente a sentar las bases de un profundo proceso de reforma y modernización del Sistema de Inteligencia» del país. En el texto se tipifica como «atentado contra el orden constitucional y la vida democrática» las «corridas bancarias, cambiarias, desabastecimientos, golpes de mercado», y crea una dirección para investigar esos delitos.
«La inteligencia nacional debe velar por la protección y el cuidado de los argentinos, y no ‘espiarlos», plantea el capítulo I del texto de 400 páginas.
En conferencia de prensa en Casa de Gobierno, Parrilli destacó la decisión de que sea la Procuración la que ahora se encargue del «manejo y control de las escuchas telefónicas ordenadas por los jueces».
Más transparencia
La Oficina de Observaciones Judiciales de la ex Side, denominada Ojota, estará acargo de la fiscal Cristina Caamaño, por medio del Departamento de Interceptación de Captación de las Comunicaciones (Dicom).
“Hay más de 20 mil pedidos de escuchas por año”, dijo la funcionaria del Ministerio Público Fiscal (MPF). Entrevistada por Infojus Noticias, aseguró que buscará reemplazar un sistema “manual”, basado en el papel, por uno digitalizado, con mayores niveles de transparencia.
«Todo lo que se capte se va a hacer a partir de un oficio judicial. La idea es transferir todo vía informática, a través de la nube. Esto implicará un abaratamiento para el Estado, pero además, se evitan las filtraciones y el sistema gana en transparencia y eficiencia”, dijo. «Va a quedar registrado quién hizo la escucha, si alguien tuvo acceso o si se hizo una copia. Además, que haya un fiscal al frente -sea yo u otro- implica más control y que de manera inmediata se puede denunciar cualquier irregularidad», agregó.
Previo al inicio de su labor en la Dicom, Caamaño recibió las felicitaciones y escuchó las inquietudes de muchos de sus colegas. Y estuvo en contacto con quienes trabajó como funcionaria en el Ministerio de Seguridad, mientras Nilda Garré estuvo a su frente. Así, sintetizó el mensaje que les transmitió: “Esto dejó de ser Inteligencia, ahora pertenece al MPF y las puertas están abiertas para que los fiscales vengan o manden a un secretario, cuando lo consideren necesario”.
Por un tiempo, la oficina continuará funcionando sobre avenida de los Incas al 3800, en el edificio de la ex SIDE desde donde se seguían las escuchas. Uno de los objetivos de Caamaño es dotar a la estructura de mecanismos internos de auditoría y de control parlamentario, y con organizaciones de la sociedad civil.
