La madre del joven desaparecido en 2008 relató el maltrato que padeció por parte del fiscal de Río Cuarto y las irregularidades que se cometieron en la instrucción de la causa de su hijo. El tribunal continuará escuchando hoy una larga lista de testigos
El juicio político al fiscal de Río Cuarto, Walter Guzmán, comenzó ayer en la Legislatura Unicameral en una extensa jornada que tuvo como principal testigo a la madre de Nicolás Sabena, el joven riocuartense desaparecido y presuntamente asesinado en septiembre de 2008.
Rosa declaró durante más de cuatro horas ante el tribunal del Jury y respondió a las preguntas del propio Guzmán, quien -si bien se abstuvo de declarar- no dudó en interrogar a la mujer en un intento por echar por tierra las acusaciones que recaen sobre su desempeño como fiscal en el caso Sabena.
Con gran detalle, la madre de Nicolás relató las peripecias que tuvo que atravesar para –primero- conseguir que le tomaran la denuncia cuando perdió el contacto con su hijo y –luego– para que Guzmán ordenara las medidas de pruebas necesarias para avanzar en la investigación. También contó sobre el maltrato que padeció de manos del fiscal que hasta llegó a enviarle una carta documento para que no realizara declaraciones públicas ante los medios refiriéndose a su persona.
Nicolás desapareció el 14 de septiembre de 2008 pero los padres recién pudieron formalizar la denuncia en la Unidad Judicial una semana después, cuando Rosa acudió con un abogado y tras seis horas en la policía les suplicó a los uniformados que se hicieran eco de lo que sucedía. Según declaró ante el Jury, ella estaba presente cuando lo llamaron a Guzmán y éste les dijo a los policías que “no le tomaran la denuncia porque los adolescentes eran así”. Recién en noviembre, Rosa logra entrevistarse con el fiscal, luego de que ésta le pide una entrevista. “Me recibió 10 minutos”. “Nunca le interesó ni quién era mi hijo ni quién era yo”, aseguró.
La mujer enumeró los maltratos a los que fue sometida por el funcionario judicial en diferentes oportunidades y recordó la furia de Guzmán cuando ella y su esposo se entrevistaron con el entonces ministro de justicia, Luis Angulo, reclamando justicia para su hijo. “¿Por qué fuiste a jetonear a Córdoba?”, le cuestionó.
“Todo lo que se hizo en la causa era en función de las presiones que yo ejercía, porque yo iba y le suplicaba”, dijo. La mujer detalló las irregularidades en la instrucción de la causa: los expedientes no estaban foliados, las pruebas se producían tarde y otras no se incorporaban”, recordó.
Aviso de allanamientos
Los Vargas Parra –quienes fueron condenados y detenidos por la desaparición de Nicolás Sabena – antes de que sus diversos domicilios eran allanados recibían un llamado de la Policía, que les informaba del procedimiento que se iba a realizar. Los cruces de las llamadas así lo demostraron. La mujer recordó al Tribunal de Jury que los policías declararon que ellos obedecían las órdenes de Guzmán. También dijo que el mismo fiscal admitió a los medios de prensa que debía darles aviso a los Vargas Parra porque “tenían perros peligrosos” y eso ponía en riesgo a los uniformados.
Durante el allanamiento en el domicilio de los Vargas Parra se encontró un balde y un cuchillo con sangre. El balde nunca fue secuestrado, le achacó la madre de Nicolás a Guzmán, quien no obstante, se defendió diciéndole que se tomaron las muestras de ese balde. “Pero no se secuestró y no pudieron volver a tomarse nuevas muestras”, le retrucó la mujer en un fuerte cruce entre ambos. La sangre de dicho balde era humana, según luego determinó el Ceprocor y el grupo sanguíneo era el mismo de Nicolás.
Rosa aseguró que, pese a que la pericia había demostrado que la sangre era humana, ante la prensa el actual fiscal de Instrucción de Córdoba, Guillermo González, quien por entonces era secretario de la fiscalía de Guzmán y a quien también denunció la madre de Nicolás, dijo que no lo era. “Salieron a mentir y a decir que no era humana como también dijeron a mi hijo era gay, que mi marido lo mató y que yo era violenta”.
Más dardos
En otro tramo de su declaración, Rosa también cuestionó directamente la actuación deGonzález. Recordó que éste le entregó la autopsia psicológica de su hijo y le dijo que como la “perjudicaba”, que se le daba y no lo incorporaba en el expediente. “El escondió muchas pruebas y Guzmán era el jefe y lo sabía”, precisó.
El gran ausente
En 2010, el fiscal Jorge Medina fue designado director de la causa por el fiscal General, Darío Vezzaro, tras los cuestionamientos de los padres de Nicolás Sabena. Su testimonio es clave porque es quien se hace cargo de la instrucción y quien recibe las actuaciones de Guzmán, quien permaneció en el caso hasta abril de 2010. Curiosamente, por prescripción médica no asistió a la audiencia de ayer. Adujo que no puede verse sometido a situaciones de estrés, aunque en Río Cuarto sigue prestando funciones como fiscal. Para hoy está previsto que continúe la larga lista de testigos.
