ESCUCHAREl fiscal de Cámara adelantó que mantendrá la figura del femicidio. La defensa reclamará la absolución de Gonzalo Lizarralde, único acusado. Si hay tiempo, también se difundirá el veredicto.
Hoy puede llegar a su fin el juicio por el crimen de Paola Acosta, la joven encontrada muerta el 21 de septiembre de 2014 en un alcantarilla de barrio Alto Alberdi junto a su beba, Martina, quien logró sobrevivir.
La Cámara 11ª del Crimen dará inicio a la lectura de los alegatos y luego -en caso de disponer de tiempo- se divulgará el veredicto en la causa que tiene como único imputado a Gonzalo Lizarralde (foto), expareja de la víctima y padre de la nena. De ser declarado culpable, le corresponderá la pena de prisión perpetua.
El fiscal de Cámara, Diego Albornoz, adelantó el viernes pasado que sostendrá la imputación por femicidio y tentativa de femicidio, por Paola y Martina, respectivamente, aunque con una posible variación en los agravantes: violencia de género y alevosía por la mujer; y vínculo y alevosía por la niña.
En cambio, el abogado querellante, Juan Carlos Sarmiento, irá por los mismos agravantes con los que la fiscal de Instrucción, Eve Flores, elevó la causa a juicio: vínculo, violencia de género y alevosía para ambas víctimas. “Además de los destratos en los tribunales de Familia, en un proceso de filiación que llevó un año y ocho meses, terminó tirándolas a la basura: ¿Hay mayor violencia de género que ésa?”, dijo Sarmiento.
Por su parte, Walter Ferrero, abogado defensor de Lizarralde, insistirá seguramente con negar que su cliente haya sido el autor de los hechos que se le imputan.
Pruebas
Además de las muestras de sangre halladas en la Peugeot Expert, compatibles con el ADN de la víctima, el tribunal y los jurados cuentan con los resultados de la autopsia que revelan cómo se realizó el ataque. Por otro lado, la causa suma como prueba el registro de llamados y mensajes de los celulares de Paola Acosta, de Nicolás Martini (amigo del imputado, que estuvo con él la noche del crimen), y del teléfono fijo de la panadería de la familia Lizarralde; y los datos que hacen a la comprobación del vínculo de filiación entre Martina y el imputado. Todos estos elementos revelan el vínculo previo entre la víctima y Lizarralde y describen los movimientos de éste en la noche del 17 de septiembre.
