ESCUCHARSe prevé que hoy declare el último testigo; luego las partes harán su descargo. No se descarta que en la misma audiencia el tribunal pase a deliberar y dicte sentencia.
El juicio político que se lleva adelante contra el fiscal de Marcos Juárez Carlos Ernesto Viramonte, acusado por mal desempeño y negligencia grave, ingresa hoy a la “recta final” con la declaración del último testigo y la lectura de los alegatos.
Según adelantó a Comercio y Justicia el presidente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios Judiciales, Juan Manuel Cid, no se descarta que luego de los alegatos el tribunal pase a deliberar y en la misma jornada de hoy también se escuche el veredicto.
En total, pasó por la Sala Regino Maders de la Legislatura Unicameral cordobesa un total de 16 testigos, la mitad de lo que había sido previsto cuando se abrió el juicio político. En el transcurso del proceso, el Tribunal y las partes resolvieron desestimar varios testimonios por “redundantes”.
Desde el comienzo del jury, la defensa de Viramonte intentó demostrar, con la declaración de los empleados y de los secretarios de la Fiscalía que prestaron testimonio, que las causas que prescribieron -por las que llega acusado- lo hicieron en el marco de una fiscalía abarrotada de expedientes. En ese marco, los testigos explicaron que seguían el criterio de prioridad de juzgamiento de causas que estipula el acuerdo reglamentario del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba Nº 668, del año 2003.
Como se sabe, Viramonte, que continúa ejerciendo como fiscal en Marcos Juárez, se lo acusa -entre otros hechos- de no haber impulsado una causa por doble homicidio culposo en contra de una persona que embistió con su auto, al circular en contramano, un vehículo en el que se conducían dos ancianos, quienes perdieron la vida. Por la “inacción” de Viramonte la causa prescribió.
En el otro proceso se le reprochan “omisiones” en la investigación de la muerte de un joven quien, al ser trasladado en una ambulancia, murió luego de que ese vehículo volcó, produciéndole al paciente lesiones que derivaron en su muerte.
