Invalidan cesantía de guardia del hotel del gremio petrolero

El tribunal analizó que las manifestaciones del actor relativas a la muerte del secretario general del sindicato, aunque desafortunadas, debían enmarcarse en la libertad de expresión como derecho ciudadano, sindical y humano. [privado] La Sala 7ª de la Cámara del Trabajo de Córdoba invalidó el despido con causa de un guardia de seguridad del Hotel de La Cañada, acaecido a raíz de las declaraciones vertidas por el actor en referencia al fallecimiento del secretario general del demandado y ex empleador Sindicato de Petroleros de Córdoba, al destacar que si bien aquéllas fueron desdichadas, según todas las circunstancias apreciadas no resultaron capaces de quebrantar el vínculo laboral. Javier Arturo Camargo controvirtió en juicio su despido basado en las manifestaciones que vertió el día del deceso de Jorge Sandino Borelli, autoridad máxima de la entidad sindical. Testimonial El tribunal integrado por Mauricio César Arese, luego de analizar la testimonial rendida, señaló que “en un primer examen, la expresión ‘muerto el perro, muerta la rabia’ del actor fue, por lo menos, desafortunada e idónea para provocar, frente al fallecimiento del titular de la entidad empleadora del actor, un sentimiento de malestar”. En ese sentido, el juez agregó que “aparece como una falta de respeto hacia quienes por la situación narrada parecían sorprendidos y compungidos por el deceso de Borelli”, sin embargo remarcó que “al margen de esa posible apreciación liminar y podría decirse extrajurídica, la presente causa debe valorar la idoniedad o entidad de esas expresiones para motivar un despido, acto que por su máxima importancia y gravedad como institución del contrato de trabajo, necesita de una ponderación de índole prudente y en el marco del derecho de aplicación”. En esa línea, el tribunal apreció una serie de elementos destacando “las funciones del actor -guardia de seguridad-, es decir, despojado de funciones jerárquicas o relevantes para influir en la estructura funcional; el carácter privado de la expresión ya que fue formulada ante tres personas integrantes del personal de la entidad sindical en una conversación informal y sin participación de terceros; la inexistencia de otras consecuencias o incidencias de la apreciación del actor sobre la organización”. Agregados Asimismo, consideró que “los agregados acerca de que ‘algunos deben estar brindando por hecho” y ‘se van a comenzar a pelear todos’ aluden a conjeturas sobre posibles incidencias del deceso y restan contundencia a la carga peyorativa sobre la personal aludida porque especula sobre una cuestión relativa a los posible adversarios del fallecido como los empresarios u otros dirigentes sindicales (primera expresión) o de política interna sindical (segunda expresión)”. Por último, entre otras circunstancias que rodearon al despido enfatizó el vocal que “la manifestación del despedido fue un ejercicio de la libertad de expresión privada como derecho ciudadano, sindical y humano labora”, concluyendo que “no constituyó injuria suficiente que impidiera la prosecución del vínculo laboral y tornan procedente el reclamo por las indemnizaciones”. Autos: “CAMARGO JAVIER ARTURO c/ SINDICATO DE PETROLEROS DE CORDOBA -Expte. 232987/37”

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