Indemnizan por daño moral a una trabajadora despedida durante su embarazo

En uso de las normas que ordenan juzgar con perspectiva de género y dado que la actora no había cumplido los pasos para lograr la indemnización agravada por maternidad de la LCT, el juez ordenó el resarcimiento por daño espiritual, el cual consideró evidente

Al comprobar la existencia de una relación laboral del tipo part time , ello sumado a la legitimidad del despido indirecto en el cual se colocó la accionante por desconocimiento de la relación laboral, la Cámara del Trabajo de Villa María condenó a la demandada al pago de las indemnizaciones por antigüedad y preaviso, además de daño moral por cesantearla cuando estaba embarazada.

La reclamante alegó que desde el día 1/6/08 al 28/2/16 laboró bajo relación de dependencia para la accionada, en días y horarios fijos, durante los diez primeros días de cada mes.

La mujer describió las tareas a su cargo que consistían en plegar y ubicar cada recibo de cuenta corriente en su pertinente sobre y luego, junto con una revista de ofertas, repartir aquellos en cada uno de los domicilios asociados a tales cuentas.

A su turno, la demandada reconoció que G. ejecutaba las tareas de reparto de resúmenes de cuenta; sin embargo, entendió que éstas eran esporádicas y eventuales, calificándolas como “changas”.

La sala, integrada por el vocal Osvaldo Mario Samuel, indicó que durante el relevamiento de la prueba testimonial se pudo vislumbrar coincidencia en que a la actora y sus compañeras que realizaban la misma tarea, la demandada les asignaba los barrios donde repartir y que cada repartidor tenía su zona asignada.

En ese sentido, el fallo sostuvo que la asignación de zonas era una clara muestra de la organización del trabajo y diseño geográfico del reparto por parte de la empleadora, lo que da cuenta de la dirección técnica del trabajo.

El juez valoró luego que la tarea desempeñada ininterrumpida por casi ocho años, se da de bruces con el concepto jurídico de “changas” o trabajo esporádico y mucho menos eventual, concluyendo que la labor descripta no se encuadraba en estas modalidades, encastrando la labor en la presunción de existencia de contrato de trabajo del artículo 23 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT).

Sin embargo, el vocal observó que la jornada de trabajo, dista mucho del que expone la actora en su demanda, como si trabajara la jornada completa. precisando que había un plazo de cumplimiento del servicio, comprendido en los primeros diez días de cada mes, definiendo: “El trabajo era de una jornada laxa, pero que podemos formar convicción que duraba cinco días en el mes”.

Así, el tribunal sostuvo que dentro de las figuras laborales se encuentra la del contrato de trabajo a tiempo parcial o part time , definido como “aquel en virtud del cual el trabajador se obliga a prestar servicios durante un determinado número de horas al día o a la semana, inferiores a las dos terceras (2/3) partes de la jornada habitual de la actividad”.

Injuria

Luego, el magistrado analizó el desenlace de la relación laboral, considerando injuria suficiente lo ocurrido para que la accionante se diese por despedida, por lo cual en el fallo se ordenó la procedencia de los rubros indemnizatorios.

Sobre el artículo 245 LCT, desde la perspectiva de género, Samuel sostuvo que la trabajadora debió acreditar la notificación fehaciente que exige como procedencia de la acción, advirtiendo que no ha cumplido esa obligación y acreditar el embarazo, puesto que, como se reconoce en la demanda, manifestó que lo comentó con su encargado sólo de manera verbal. Cabe señalar que no hay comunicación fehaciente con certificado médico que indique la fecha presuntiva de parto, por lo que no se tuvieron por cumplidos los requisitos que establece el artículo 177 de la LCT.

Por otro lado, el fallo advirtió que la accionante se encontraba embarazada mientras estaba trabajando, puesto que así lo dictaminó la perito médico oficial y se comprobó por la partida de nacimiento, además de testigos que la vieron embarazada.

Bajo esas premisas, el vocal señaló que la argumentación con base en perspectiva de género constituye el horizonte interpretativo, en que los operadores de justicia pueden sentar precedentes fundamentales en la búsqueda y el avance progresivo del desarrollo de los Derechos Humanos de las Mujeres.

En su virtud, el tribunal indicó que el análisis pormenorizado de los hechos relevados y la normativa legal subsumible autorizan a formar convicción en dirección a la existencia de un móvil discriminatorio en el despido, considerando que se debe determinar una reparación del daño moral que padeció la trabajadora.

En esa dirección, el juez recordó que la actora fue despedida en un estado de embarazo evidente, aunque no lo haya notificado en forma, ya que la accionada no sólo no reconoció el carácter laboral del vínculo sino que tampoco dio razones ni fundamentos a su desvinculación.

Sobre el particular, el fallo indicó que es atendible la situación de zozobra espiritual y anímica en que pueda haber quedado la actora como consecuencia del despido discriminatorio, siendo que atentó su dignidad mientras gestaba a su hijo cuando debió extinguir el vínculo por falta de reconocimiento de su relación laboral, causándole daño moral.