Herederos toman posesión de bienes por el solo hecho de la muerte del causante

El tribunal entendió que los coherederos no necesitan ejercer ningún acto sobre el acervo hereditario para demostrar que tienen su posesión

Al interpretar que los herederos toman posesión de los bienes hereditarios por el solo hecho de la muerte del causante, sin necesidad de realizar acto alguno, la Cámara 7ª Civil y Comercial de Córdoba rechazó la apelación presentada por una de las coherederas, quien se negaba a cumplir con la cesión de derechos realizada a favor de los otros coherederos en el juicio de partición de herencia, aduciendo que habían perdido la posesión del campo reclamado, lo cual no pudo demostrar en la causa.

En contra de la sentencia de primera instancia, que rechazó las excepciones de prescripción liberatoria, prescripción adquisitiva e incumplimiento contractual interpuestas por la demandada María Olga Carnero e hizo lugar a la demanda de escrituración promovida por Luis Generoso Carnero, José Ángel Carnero y Hugo Noé Carnero en contra de María Olga Carnero –hoy sus sucesores-, condenando a éstos a elevar a escritura pública el acta de cesión de derechos hereditarios de fecha 28 de agosto de 1974, mediante el cual la accionada se comprometió a ceder el derecho y acción que le correspondía como hija de Noé Serapio Carnero sobre una fracción de terreno compuesto de 272 hectáreas, 6.120 metros cuadrados, ubicado en Pedanía Timón Cruz, departamento de Río Primero, provincia de Córdoba, la demandada planteó apelación.

Al analizar el recurso de la actora, el tribunal integrado por los vocales Rubén Atilio Remigio, María Rosa Molina de Caminal y Jorge Miguel Flores consideró que la accionante denunciaba “incongruencia y desigualdad” porque supuestamente la sentencia se aparta de los hechos litigiosos expuestos en demanda y contestación, poniendo énfasis en que su parte sostuvo que los actores nunca tuvieron la posesión del campo y que uno de ellos, Noé Carnero, actuó como administrador de la sucesión (hecho o situación confesada por él mismo) y no como poseedor “animus domini” del inmueble.

Contrato

Al respecto, el fallo sostuvo que se estaba en presencia de un juicio donde se reclamaba la escrituración de una cesión derechos hereditarios, instrumentada en un acta que, dictada en la declaratoria de herederos, resulta válido como contrato por el cual las partes se obligan a otorgar escritura pública.

De tal guisa, la cámara indicó que cabía recordar que los herederos entran en posesión material de los bienes hereditarios sin necesidad de complementar acto alguno ante el juez.

Por lo tanto, la alzada sostuvo que estaba a cargo de la demandada demostrar que aquéllos perdieron la posesión indivisa que tienen sobre el inmueble.

Asimismo, el decisorio remarcó que quien comenzó como poseedor desde la muerte del causante, se presume que sigue siéndolo pues la posesión se conserva sólo de ánimo y, además, se presume también la subsistencia del elemento intencional mientras no se exprese una voluntad contraria y que esta continuación no tiene límite temporal, siendo innecesaria una permanente renovación del acto volitivo para reputar que la voluntad existe.

Así, el tribunal consideró que el mero hecho de que alguno de los actores haya tenido la administración del campo y ejerciera la representación de la sucesión (sin oposición de los otros coherederos), no modifica en nada la situación posesoria ni le priva al coheredero del carácter de coposeedor indiviso del campo en cuestión, mientras -reitero- no se haya manifestado una voluntad en contrario.