jueves 1, agosto 2024
El tiempo - Tutiempo.net
jueves 1, agosto 2024

Hablemos claro

ESCUCHAR

La relación víctima-victimario se encuentra enmarcada en un vínculo basado en el ejercicio del poder, caracterizado en una asimetría en aquél, en el cual el victimario/agresor aprovecha las condiciones de vulnerabilidad de la víctima; aunque ésta casi siempre tiene una participación ineludible, no porque tenga culpa alguna sino por las mismas condiciones desfavorables que la ubican en una posición de inferioridad respecto del agresor o la exponen a ser presa fácil.

La victimización primaria es la de mayor incidencia en los actos de violencia, ya que habitualmente se dirige al grupo de riesgo más vulnerable.

Sólo para inteligentes
Entre los comportamientos más antinaturales que tiene el “ser humano” es atentar contra sí mismo y contra otras especies de manera indiscriminada y destructiva, a diferencia del resto de los animales, que están programados filogenéticamente para preservarse y preservar su especie. Mientras según la teoría de la evolución sobreviven los más fuertes, el ser humano en su comportamiento “desviado” pretende hacerse más fuerte usando maliciosamente a los más débiles. Lo que natura trae preparado biológicamente, la cultura humana lo destruye culturalmente por su comportamiento social primero aprendido y luego naturalizado, tal como ocurre con los procesos de violencia.

Entre las conductas violentas que se conocen, son más perversas cuanto mayor es el aprovechamiento en función de la debilidad de la víctima. Los niños, los ancianos, los grupos vulnerables, “los sin voz”, los animales, que sí o sí requieren de otros humanos conscientes para hacer valer sus derechos, son blanco fácil de las conductas sádicas y explotadoras.

Aunque en este mismo medio hablara de inexorable relación entre la criminalidad humana y animal (Violencia contra los animales y criminalidad), persiste un prejuicio al pormenorizar la magnitud de la violencia en función de su objeto destinatario. Es decir: si la víctima del acto violento es un animal, como éste es considerado inferior en referencia al ser humano, se instala analógicamente el pensamiento de que tal conducta violenta es también inferior, perdiendo conciencia de que lo que debe evaluarse es la conducta y personalidad criminal del victimario, independientemente de su objeto-destinatario. Esto sería como pensar que el homicidio de una meretriz no es tal por la condición de prostitución laboral de ésta. ¿Se entiende?

Se puede entender la victimización según la doctrina cubana como la acción y el efecto de victimizar a otros. (Gómez, 2004).

En efecto, habrá que considerar tanto la conducta nociva y el comportamiento lesivo, como también en las consecuencias de dicha acción en contra de los animales. Aunque éstos no voten ni usen el lenguaje, la ciudadanía cada vez más se revela y se vuelve intolerante ante la naturalización de la violencia.

Las formas delictivas van mutando desde el uso de animales para actos de brujerías, el alquiler de caballos entre carreros, su robo, el uso de animales en obras de construcción -perros- que garanticen la seguridad de la obra (¿?), la caza como “deporte”, las carreras de galgos, la explotación de caballos -entre otras-, que aumentan el colorido espectro de conductas abusivas, conductas criminales capaces de desplegarse contra cualquier ser vivo que se considere en condiciones de inferioridad. Así de perverso es.

Autovictimización no equivale a vulnerabilidad
Las condiciones de vulnerabilidad que afectan a una persona o grupo tienen relación con sus características de desventaja por edad, sexo, estado civil; nivel educativo, origen étnico, situación o condición física y/o mental; y requieren de un esfuerzo adicional para poder desarrollarse. Son aquellos grupos que por sus condiciones sociales, económicas, culturales o psicológicas pueden sufrir maltratos contra sus derechos.

No obstante, mientras muchos son conscientes de su situación y participan de algunos beneficios del Estado, no logran revalorizarse como agentes de cambio e incorporarse a otros grupos porque se autodiscriminan, porque el mismo Estado los victimiza o porque sus condiciones socioculturales generan desconfianza de manera generalizada entre los ciudadanos.

Sin embargo, la autovictimización, es decir la persona o grupo que se victimiza, se posiciona en un lugar de “razón” que bien puede encubrir un delito o “zafar” de él, aprovechando una condición real para justificar una conducta criminal. Esto equivale a decir, por ejemplo, que porque “soy carrero me persiguen”, tratando de tapar el robo del animal o su maltrato, cuando aquél es aprehendido por la policía. Equivaldría también a que una persona justifique la riña entre perros… ¡porque constituye su fuente de trabajo!..
Generar políticas de prevención y de intervención del delito, tanto integradas como estratégicas, créase o no…aun puede ser saludable.

* Psicóloga judicial multifuero. Perito de control

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Leé también

Más populares

¡Bienvenid@ de nuevo!

Iniciá sesión con tu usuario

Recuperar contraseña

Ingresá tu usuario o email para restablecer tu contraseña.

Are you sure want to unlock this post?
Unlock left : 0
Are you sure want to cancel subscription?