ESCUCHAREn agosto, en Estados Unidos, el juez federal Amit Mehta sentenció que Google abusó de su posición dominante en el mercado de búsquedas con una conducta monopolística ilegal.
Lo dijo en la primera parte del juicio y ahora el litigio se centra en los remedios posibles.
En ese marco, los fiscales del Departamento de Justicia, la parte demandante, anticiparon que se plantean solicitar medidas estructurales, que pueden suponer la venta o separación de parte del negocio del gigante tecnológico.
También aseguraron que evalúan pedir la prohibición de los acuerdos que suponen la instalación por defecto del buscador de Google en otros navegadores (incluidos los de los iPhone) y exigirle a la compañía que dé acceso a los datos subyacentes que usa para construir sus resultados de búsqueda y productos de inteligencia artificial.
Google respondió a través de su blog que la propuesta inicial para reformar el mercado de los motores de búsqueda es “radical y arrolladora” y podría tener “consecuencias negativas imprevistas para la innovación y los consumidores estadounidenses”.
La firma indicó que obligarla a compartir las consultas de búsqueda, clics y resultados con la competencia pone en riesgo la privacidad y seguridad de los usuarios.
Sumó que separar Chrome o Android la “rompería” y recordó que invirtió miles de millones de dólares en ellos.
“No nos equivoquemos: separarlos cambiaría sus modelos de negocio, aumentaría el coste de los dispositivos y debilitaría a Android y Google Play en su fuerte competencia con el iPhone y la App Store de Apple”, sumó.
Por lo pronto, el Departamento de Justicia hizo su primer movimiento en una nueva batalla legal que se prolongará durante meses, ya que las negociaciones podrían extenderse, al menos, hasta marzo de 2025.
Postulan que la conducta ilegal de Google “persistió durante más de una década” e “implicó una serie de tácticas de autorrefuerzo”.
Bajo esa premisa, alegan que deshacer ese comportamiento ilegal y alcanzar los objetivos de una solución antimonopolio eficaz requiere tiempo, información (en particular, dadas las asimetrías de información entre los demandantes y Google) y una “cuidadosa consideración”.
No se espera una decisión del juez Mehta hasta mediados del año que viene.
En paralelo, se está celebrando otro juicio contra Google en el que el Departamento de Justicia la acusa de ejercer un triple monopolio en el mercado de la publicidad digital. Los fiscales sostienen que, una vez que se determinó que violó las leyes antimonopolio en el mercado de las búsquedas, la solución para sus infracciones debería liberar a esos mercados de su conducta excluyente, eliminar los obstáculos a la competencia, negarle los frutos de sus infracciones e impedir que monopolice a futuro.
Con ese fin, estudian soluciones para abordar cuatro categorías de perjuicios: distribución de búsquedas y acuerdos de reparto de ingresos de Google; acumulación y uso de datos; generación y visualización de resultados de búsqueda y escala y monetización de la publicidad.
El fallo que Mehta dictó hace dos meses es la victoria más significativa hasta la fecha para los reguladores estadounidenses, que intentan controlar el poder de los gigantes tecnológicos en la era de Internet. Es probable que influya en otras demandas antimonopolio del gobierno contra Google, Apple, Amazon y Meta, el propietario de Facebook, Instagram y WhatsApp.
Puso fin a un caso que se generó en 2020, por el dominio de Google en las búsquedas en línea. Según el Departamento de Justicia, fueron casi el 90%, una cifra que la empresa cuestionó.
