Fingió un embarazo y logró casarse, pero el matrimonio se anuló

En primera instancia el planteo del joven fue rechazado, ya que el a quo se preguntó cómo pudo haber seguido creyendo, con el correr de los meses, que su pareja esperaba un bebé. Sin embargo, el actor apeló y la alzada le dio la razón. [privado] Un hombre que fue engañado por su pareja con el fin de contraer nupcias logró que en segunda instancia el acto fuera anulado. A su turno, el a quo rechazó su pedido pero la Cámara Primera de Apelación en lo Civil y Comercial de San Isidro le dio la razón. El matrimonio se celebró luego de que la mujer le comunicó al joven que estaba embarazada de poco más de un mes. Con el paso del tiempo, la mujer le reveló que su gravidez había sido un invento para evitar la ruptura de la relación. Luego de ello, el actor -de profundas convicciones religiosas- se retiró del hogar conyugal y pidió que se declarara la nulidad del vínculo. Ante la Justicia, el actor señaló que su esposa le mostraba prescripciones médicas y recetas y que llegó a simular ecografías en las cuales constaba que llevaba seis meses de gestación, la fecha probable de parto y una cesárea programada por una presunta insuficiencia cardíaca. Además, detalló que los estudios tenían el nombre de su ex pareja y aportaban datos de las dimensiones del feto y de las características de la placenta. El juez de primera instancia rechazó la demanda y explicó que para decretar la nulidad del matrimonio debían mediar vicios o defectos graves que, de haber sido conocidos, “hubieran impedido la prestación del consentimiento para la formación del acto”. En ese sentido, consideró que pese a que la mujer admitió haber desplegado maniobras para forzar el casamiento, la prueba producida por el demandante no era contundente. Apariencia En esa inteligencia, el juez estimó que el joven no pudo haber creído durante tantos meses la idea de la gravidez; sobre todo por la apariencia física de su mujer. El accionate apeló con éxito ante la alzada, que reseñó en su fallo que, conforme al artículo 172 del Código Civil (CC), el consentimiento para la existencia del matrimonio debe ser pleno y libre y que la violencia, el dolo y el error acerca de la persona del otro contrayente y, asimismo, el error acerca de las cualidades personales de éste, lo vician, siempre que quede demostrado que quien lo sufrió no habría aprobado el matrimonio si hubiese conocido el estado real de cosas y apreciado razonablemente la unión que contraía. Cualidades personales Sobre el error acerca de las cualidades personales de la otra parte, precisó que éste, para ser admitido como vicio de la voluntad, debe recaer sobre aspectos esenciales; es decir, debe ser grave, determinante y excusable, ya que a la víctima le es exigible una “mediana diligencia” para no caer en él. “En definitiva, se ha dicho que la ley ha querido exigir que los artificios o astucias hayan sido tales que la víctima del dolo, no obstante haber obrado prudentemente, haya podido ser engañada, lo cual es una situación de hecho que debe resolverse teniendo en cuenta las circunstancias especiales de cada caso”, subrayó. En ese contexto, el tribunal concluyó que el hombre pudo con razonabilidad -propia de una persona de 25 años de edad que sería padre por primera vez y con firmes convicciones religiosas- abrigar la expectativa de que la demandada estaba efectivamente embarazada. Además, tuvo en en cuenta que se necesitó el puntilloso análisis de un perito para descubrir que las ecografías habían sido fraguadas. “Esto conduce a concluir en que no hubo descuido o ligereza en el hombre para aceptar el matrimonio, hallándose cumplida la mediana diligencia enderezada a estimar a la futura esposa como a una persona realmente embarazada y que tanto ella como su hijo lo necesitarían”, remarcó la alzada. [/privado]

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