El mes pasado, en Chile, luego de varios allanamientos en Antofagasta, se incautaron 1.195 ampollas de fentanilo.
Se trata del secuestro más importante que se hizo hasta la fecha en el país de la denominada “droga zombie”.
En 2023 se registraron dos decomisos de fentanilo en Chile y las policías de cada región están en alerta.
En abril pasado, la general Laura Richardson, jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, viajó a la Argentina y se entrevistó con el presidente Javier Milei en Ushuaia.
Entre otras cuestiones, la militar expresó su preocupación por la creciente presencia de fentanilo en países latinoamericanos.
En Sudamérica crece la preocupación porque hay población adicta que ya usa fentanilo.
A principios de 2023, en Brasil, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) actualizó su lista de precursores de drogas y sustancias psicoterapéuticas y sumó el precursor que permite producirlo sintéticamente en laboratorios. Ello implica que cualquier persona que comercialice fentanilo debe contar con una autorización especial de la Anvisa, que también exige que se almacene con dispositivos de seguridad. Además, los hospitales tienen que registrar su manipulación y los médicos que lo recetan deben hacerlo con un formulario específico.
Cabe destacar que el Centro de Información y Asistencia Toxicológica (CIATox) de la Universidad de Campinas (San Pablo) ya registró casos de sobredosis.
En julio de 2023, en Misiones, Gendarmería detectó dentro de una encomienda 500 ampollas de fentanilo. El operativo se desplegó en la ruta nacional Nº 12. La droga salió de Posadas e iba a Retiro.
Las ampollas –insumos fuertemente controlados, usados por anestesistas y especialistas en cuidados paliativos- son de producción nacional. Las fabricó el laboratorio Gobbi-Novag, bajo la marca “Fentanovag”.
Hasta ahora no se descubrió producción clandestina de fentanilo en Argentina y las problemáticas dentro del sistema penal son el uso indebido y la venta desleal del material.
Un caso resonante ocurrió en el Hospital Fernández, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Un enfermero de carrera del nosocomio quedó incriminado por hechos ocurridos en 2018. En dos ocasiones, sustrajo fentanilo y morfina sin dejar rastros de su cantidad y contenido.
En septiembre del año pasado, para evitar el tráfico ilegal, la Dirección General de Aduanas estableció controles más estrictos para el ingreso al país.
Luego de que se detectara en Ezeiza un cargamento con más de un kilo de fentanilo con destino a Miami, creó un registro y dispuso que quienes quieran operar en el comercio internacional con la droga deberán presentar una Declaración Anticipada Jurada de Importación/Exportación específica. Asimismo, determinó que los envíos solo podrán hacerse por vía aérea y por el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini, en jurisdicción de la Dirección Aduana de Ezeiza.
Ahora, con la Resolución Conjunta 1/24, los Ministerios de Seguridad y de Salud, junto con la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) y la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip), pusieron en marcha la denominada Mesa para la Prevención del Tráfico Ilícito y Uso Indebido del Fentanilo, para diseñar y aplicar estrategias y políticas destinadas a controlar y restringir el tráfico ilegal del fármaco y de los precursores para producirlo.
La iniciativa se encamina a promover la colaboración entre instituciones para enfrentar lo que se considera una amenaza a la seguridad pública.
La Subsecretaría de Lucha Contra el Narcotráfico coordinará el trabajo y establecerá pautas estratégicas. También tendrá la potestad de invitar a participar a cuerpos policiales y fuerzas de seguridad provinciales y a otras agencias.
La mesa de trabajo está integrada por representantes de la Secretaría de Lucha contra el Narcotráfico y la Criminalidad Organizada; de la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal y de la Secretaría de Seguridad; de la Policía Federal; de Prefectura Naval; de Gendarmería Nacional; de la Policía de Seguridad Aeroportuaria; de la Anmat; de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar) y del Fisco (mediante la Dirección General de Aduanas y la Subdirección General de Fiscalización).
Estragos
El fentanilo es una de las drogas más poderosas y adictivas que existen. En Estados Unidos genera estragos entre adictos de grandes centros urbanos.
Hace poco menos de un año, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, reunió virtualmente a representantes de 84 países -entre ellos, México, principal vía de entrada de la sustancia al territorio estadounidense- para delinear una coalición global y aumentar la cooperación.
“Estados Unidos es como el canario en la mina de carbón: en otras palabras, lo que está pasando aquí con el fentanilo pronto sucederá en el resto del mundo”, planteó Blinken.
En esa línea, advirtió que ya saturado el mercado en EEUU “las mafias criminales transnacionales están enfocándose en otros lugares”. “Si no actuamos juntos con feroz urgencia, será una catástrofe”, dijo.
El problema con los opiáceos en EEUU se remonta a los años 90, cuando farmacéuticas como Purdue Pharma inundaron el mercado con el analgésico OxyContin, que se comercializó con el engaño de que no creaba hábito. Cuando los médicos dejaron de recetar las pastillas, quienes desarrollaron dependencia comenzaron a usar heroína y, luego, fentanilo.