El traslado del empleado excedió límite convencional

La Sala Laboral del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba concluyó que el autodespido del trabajador estaba justificado porque debía recorrer más de 25 kilómetros desde su residencia al nuevo destino, sin que se le ofreciera cubrir los costos de movilidad [privado] Al analizar el autodespido en que se colocó un vigilador por ejercicio abusivo del ius variandi, la Sala Laboral del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba (TSJ) revocó la sentencia del a quo, que rechazó las indemnizaciones reclamadas y ordenó el pago de las mismas, tras hacer lugar al recurso presentado por el accionante. El Alto Cuerpo entendió que, contrariamente a lo sostenido en primera instancia, se inobservó el dispositivo del Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) aplicable, que establece que no debe excederse de 25 kilómetros el trayecto entre el domicilio del trabajador y el nuevo puesto de trabajo, al que ordenó que sea transferido la demandada Goits SA, pues con ello superó con creces dicho límite, además de no existir ningún ofrecimiento de la demandada de abonar los costos de movilidad. El grado concluyó que el intento de la ex empleadora de variar el objetivo estaba justificado, ya que se basaba en la protección de la salud del empleado -quien reconoció padecer un cuadro de neumonía previo- y revestía carácter transitorio. También señaló que el CCT Nº 422/05 que rige la actividad, en su artículo 12, lo admite, siempre que la patronal abone los gastos del traslado y que el nuevo puesto no exceda los límites de distancia prescriptos en la norma, requisitos que consideró cumplidos en el sublite. Por todo ello, entendió que la medida estaba permitida, al amparo del art. 66 LCT y por ende, reputó ilegítimo el desahucio dispuesto por el accionante. El recurrente, Ramón Alberto Pereyra, se agravió al considerarse injustificado su despido indirecto, en el que se colocó tras el ejercicio abusivo del ius variandi por parte de la empleadora. "Ante la negativa de Pereyra, (la empresa demandada) tampoco propuso un destino diferente ni acreditó no tenerlo, lo que entonces evidencia, que era la empresa la que tenía la convicción de no continuar con el vínculo". Denunció violación del art. 12 CCT Nº 422/05, que impone 25 km. como límite para el cambio del destino laboral. Argumentó que el a quo no tuvo en cuenta que entre el domicilio del trabajador -en la ciudad de Jesús María- y el predio al que lo pretendían trasladar -”Crece” en el barrio Villa Esquiú, de la ciudad de Córdoba- existe una distancia de 52,8 km y que, además, de las correspondencias epistolares no surgía que la empresa hubiera ofrecido abonar los gastos de movilidad. Derivación A su turno, el TSJ integrado por los vocales María de las Mercedes Blanc de Arabel, Luis Enrique Rubio y Luis Eugenio Angulo indicó que el resolutorio no constituye una derivación razonada de las constancias del sub examen ni del derecho aplicable, al argumentar que el a quo para decidir del modo que lo hizo se apartó de las posturas fijadas por las partes al tiempo del respectivo intercambio postal. En ese sentido, el fallo precisó que la empleadora invocó como motivo del cambio “razones funcionales”; sin embargo, frente al rechazo del trabajador, en posterior comunicación, alegó la supuesta defensa de su integridad física y ni siquiera expresó cuáles eran aquellas cuestiones y ante la negativa de Pereyra, tampoco propuso un destino diferente ni acreditó no tenerlo, lo que entonces evidencia, que era la empresa la que tenía la convicción de no continuar con el vínculo. Por otra parte, el Alto Cuerpo consideró que la resistencia del dependiente, a la postre, luce fundada, pues la distancia que mediaba entre su domicilio -en Jesús María- y el nuevo predio -en el barrio de Villa Esquiú, de la ciudad de Córdoba- es incuestionable si se encuentran separados por más de 50 km. y en consecuencia, la medida, inevitablemente, le produciría los trastornos económicos invocados -al tener que tomar dos colectivos para llegar- y hubiera requerido la reorganización de su vida familiar. En ese contexto, los vocales verificaron que el sentenciante efectuó una errónea subsunción de la aludida plataforma fáctica en el art. 12 del CCT Nº 422/ 05 que dispone: “Será procedente el traslado de los vigiladores y custodios dentro de un radio que no exceda a los veinticinco kilómetros, el cual debe ser comunicado por escrito al interesado. Cuando un vigilador o custodio por razones de servicio, sea desplazado de su sitio normal de tareas, con el objeto de que cubra otro objetivo, en carácter excepcional, el empleador abonará los gastos de traslado”. Elementos Por lo tanto, el Alto Cuerpo concluyó que el cambio en uno de los elementos esenciales del contrato de trabajo devino, en el caso, arbitrario y el despido indirecto en que se colocó Pereyra resultó legítimo (art. 66, LCT). A ello se agregó: “Máxime, si pese a la obstinada postura de la dadora de trabajo, Pereyra, antes de finiquitar el contrato, intimó nuevamente el reintegro a su lugar habitual, lo que descarta el obrar de mala fe que le endilgó el Juzgador”. En conclusión, en el fallo se resolvió que se debe casar la sentencia y, entrando al fondo del asunto, condenar a “Goits SA” a abonar al actor la indemnización por antigüedad, sustitutiva de preaviso e integración del mes de despido, pues la fecha de extinción - 25.07.14- no coincide con el último día del mes. Autos: "Pereyra Ramón Alberto c/ Goits SA - Ordinario - Despido" - Recurso de Casación 3280708, Trib. de origen: Cam. del Trabajo Córdoba, Sala X Primera Descargá el fallo [/privado]

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