El Tribunal Supremo de Estados Unidos bloqueó el plan de la Administración de Joe Biden para exigir que los empleados de grandes empresas se vacunen contra el covid-19 o que se hagan testeos habitualmente.
La Corte norteamericana estableció que el Gobierno sobrepasó los límites de su autoridad con aquel mandato, pero validó la obligación de inmunizarse para las personas que trabajan en centros sanitarios que reciben fondos públicos.
El requerimiento que el Supremo invalidó apuntaba a compañías con más de 100 trabajadores, implicando a más de 80 millones de personas.
La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés), que promovía el plan, contemplaba sanciones a de hasta 14 mil dólares para las firmas incumplidoras y exenciones a empleados por motivos médicos y religiosos.
La medida iba a entrar en vigor el 4 de enero pasado, pero un grupo de estados republicanos liderados por Ohio y representantes del sector empresarial acudieron a la Justicia.
“Permitir a la OSHA regular los riesgos de la vida diaria, simplemente porque la mayor parte de estadounidenses tiene trabajos y se enfrenta a los mismos riesgos durante su jornada, expandiría de forma muy significativa su autoridad sin una clara autorización del Congreso”, estimó la mayoría conservadora de la Corte de EEUU, integrada por seis ministros.
Los tres jueces progresistas (Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Stephen Breyer) votaron en disidencia y opinaron que el mandato de Biden debía validarse.