El domicilio constituido en el boleto sirve para notificar el juicio por el mismo contrato

El demandado no probó que hubo un ardid de la parte actora para notificarlo en la dirección que ella sabía que no ocupaba más

Al validar la regla de que el domicilio especial constituido en un contrato es válido para notificar la citación a un pleito surgido con motivo de éste, siendo obligación de quien lo fija notificar fehacientemente a la contraparte en caso de querer modificarlo, y al entender que no es motivo suficiente para apartarse de tal prescripción una supuesta enemistad no probada, con la parte actora, por motivos familiares, la Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba (TSJ) rechazó el recurso de casación presentado por el demandado.

El accionado compareció al proceso y articuló incidente de nulidad por vicios de la citación inicial y de todas las notificaciones dirigidas al domicilio, sito la ciudad de Río Ceballos, alegando que aquél no constituía su domicilio real.

Denuncia

Denunció como tal, desde 2011, otro domicilio en la misma calle, pero con distinta numeración, agregando que esa situación era de pleno conocimiento del actor. Adujo, además, no haber tomado noticia de esas notificaciones (realizadas por carta-documento), ya que fueron recibidas por su madre, con quien se encuentra enemistado.

En miras de justificar el perjuicio que la nulidad denunciada le acarrearía, expresó que, de haber sido correctamente notificado, su parte hubiera contestado la demanda, planteando “que toda la redacción del boleto la consignó el accionante, que no abonó la totalidad del precio (…), que el propio actor consignó un domicilio erróneo del compareciente, que el actor conocía al momento de celebrarse el boleto que mi parte no podía válidamente disponer que me encontraba inhibido”.

La pretensión fue rechazada por la jueza a quo sobre la base de los fundamentos de que la notificación de la citación de comparendo fue diligenciada en el domicilio que la demandada constituyó especialmente en el contrato base de la presente ejecución -instrumento que no ha sido desconocido por la accionada-, domicilio fijado en la mayoría de los casos con miras a la eventual ejecución judicial por incumplimiento del contrato, por lo que la exigencia de citar en el domicilio real frustraría el que las partes suponen efecto esencial del domicilio de elección y que, en el caso, no se observa ningún supuesto de excepción; por el contrario, del boleto de compraventa mencionado y otros instrumentos surge que el domicilio real del demandado a la fecha de celebración del contrato coincide con el domicilio especial constituido al efecto.

Prueba

En el fallo impugnado se indicó que la prueba del incidentista ni siquiera es concluyente para acreditar que mutó su domicilio real con posterioridad a la firma del boleto, existiendo un mayor número de elementos probatorios, en favor del hecho de que el domicilio real del demandado se encuentra en idéntica dirección al fijado como legal, y que si la situación había mutado con posterioridad, correspondía al propio incidentista no sólo la prueba de ello sino la comunicación fehaciente de tal extremo al co-contratante, no constando en autos la misma ni ninguna otra constancia que permita inferir que el accionante conocía o debía conocer que el accionado hubiera mutado su domicilio.

El TSJ integrado por María Marta Cáceres, Domingo Sesin y Luis Angulo, al analizar la casación, indicó que, conforme el razonamiento seguido por la judicante y acorde con el criterio jurídico que sustentara en la materia, inició su silogismo precisando que resultan válidas las comunicaciones judiciales diligenciadas al domicilio especial que el demandado constituyera en el contrato base de la acción, el cual -pese a los cuestionamientos sustanciales esgrimidos para justificar el planteo de nulidad- no fue desconocido por éste en el juicio.

Deber

El fallo apuntó que el eventual cambio de ese domicilio (fijado con miras a la eventual ejecución judicial por incumplimiento del contrato) debió ser comunicado al co-contratante, lo que no sucedió, y no se acreditó que el accionante conociera el cambio de domicilio real del demandado.

Sobre la supuesta equiparación del domicilio real al especial y la alegada enemistad del demandado con sus familiares que habitarían el domicilio por él fijado en el contrato, el TSJ indicó que, éstos devenían inconducentes para rebatir la decisión apelada, al sostener son válidas las notificaciones diligenciadas en el domicilio especial que las partes hayan fijado en un contrato a los fines de cualquier desinteligencia o conflicto que surja a su respecto.

El alto cuerpo afirmó que, en el presente caso, el demandado pretendió sustraerse a la regla enunciada, mediante el simple expediente de alegar una enemistad con familiares directos que habitan el domicilio especial que él mismo fijó en el contrato, extremo éste que, con abstracción de que cupiese -o no- concederle aptitud para configurar un supuesto de excepción a aquella regla, no habría sido objeto de prueba concreta alguna de que abonara su efectiva verificación.