En Estado Unidos, a horas de que el presidente Joe Biden anunciara medidas para, tal como prometió durante la campaña electoral, controlar la tenencia de armas por parte de civiles, un hombre abrió fuego en contra de cinco personas en Bryan, Texas, y mató a una.
Se trata del cuarto ataque múltiple en el país en lo que va de 2021 y en el 113 en los últimos ocho años.
El gobierno de Texas es uno de los que resiste los intentos de Washington para regular la posesión y portación de armamento.
El jueves, Biden dijo que llegó la hora de frenar “la epidemia” de violencia generada por las armas.
En EEUU, con una población de 330 millones de personas, hay más de 400 millones de armas en manos de ciudadanos.
El mandatario lanzó un paquete de medidas que, entre otros objetivos, busca endurecer el control de la venta de kits para la fabricación de armas caseras, sin número de serie, conocidas como “ghost guns” (armas fantasma).
Biden lanzó su iniciativa mientras la legislación más ambiciosa en la materia, que incluye la restricción de adquisición de rifles de asalto, sigue estancada en el Congreso.
Aunque asumió que se trata de un debate difícil en el país, planteó un punto de partida para mitigar la problemática.
Declaró que ya hubo “suficientes oraciones” y que era hora de “actuar” y anunció acciones ejecutivas destinadas a problemas concretos.
Con ese fin, le ordenó al Departamento de Justicia que en un mes presente un proyecto de trabajo para frenar el incremento de las “armas fantasma”, que se ensamblan en poco más de media hora a partir de un juego de piezas y no se pueden rastrear.
También le reclamó que establezca un modelo de legislación llamado de “bandera roja” (red flag), para permitirle a los familiares o a las fuerzas del orden solicitar órdenes judiciales que le prohíbna a personas en situación de crisis acceder a armas de fuego si representan un peligro para ellas mismas o para los demás.
En tercer lugar, Biden dispuso que habrá más financiación para las iniciativas destinadas a reducir la violencia urbana.
Segunda Enmienda
Uno de los obstáculos para el desarme civil en Estado Unidos es la oposición de quienes consideran que vulnera la Segunda Enmienda de la Constitución, redactada en 1791, tras la guerra de independencia.
Durante la campaña, Biden -defensor de la ley que entre 1994 y 2004 prohibió el uso de armas de asalto fuerza del ámbito de las fuerzas de seguridad- prometió reactivar esa legislación, así como el veto al comercio de armas en Internet.
Tras el nuevo episodio, el gobernador de Texas, Greg Abbott, manifestó en un comunicado que el estado “auxiliará en el proceso penal en contra del tirador”.
Poco antes, Abbott había criticado las medidas de regulación que anunció Biden y dijo que el mandatario “amenazaba derechos”.
También dijo que no permitiría la implementación de las normas en Texas y adelantó pasos para dictar una legislación local para blindar a la jurisdicción del decreto presidencial.