Daño moral por talar los árboles de la finca vecina

El dueño del lote había proyectado la construcción respetando la arboleda existente en el terreno. En Cámara se redujo a $5.000 el padecimiento espiritual por la intromisión y el deterioro causado. [privado] Tras destacar que “el hecho de haber (…) procedido a ingresar en un fundo ajeno para podar un árbol (…) es en sí mismo un acto contrario a derecho con potencialidad suficiente para causar un daño”, la Cámara 5ª Civil y Comercial de Córdoba ratificó que corresponde indemnizar al dueño del lote, quien había proyectado la construcción de su vivienda respetando la arboleda que había en el terreno y que fue talada sin su autorización por orden de una vecina. El juzgado de origen consideró probado que fueron cuatro los ejemplares talados y condenó por 15 mil pesos de daño moral a la propietaria del inmueble contiguo, quien encargó el trabajo, y al titular de la empresa que lo llevó a cabo en el año 2006 sobre el predio de propiedad del accionante, ubicado en barrio Las Tejas. Los demandados apelaron, empero la mencionada Cámara, integrada por Rafael Aranda –autor del voto-, Claudia Zalazar y Joaquín Ferrer, ratificó que los apelantes deben resarcir el menoscabo espiritual inferido al propietario del terreno donde se ingresó sin autorización y se procedió a la poda. En sus fundamentos, el tribunal de alzada, si bien entendió que no se comprobó en la causa que hayan sido cuatro los árboles talados, puntualizó que sí fueron “más de uno”, con lo cual “se advierte que el accionar, además de ser un acto contrario a derecho, pudo razonablemente haber causado un daño de importancia”. Asimismo, el órgano de apelación valoró que “los árboles existentes en el predio eran importantes para el actor, de tal manera que proyectó su casa en orden a su existencia” y “el hecho de que por un accionar contrario a derecho algunos de esos árboles hayan sido afectados, pudo razonablemente generar en el actor un menoscabo espiritual susceptible de configurar daño moral”. Contrario A su vez, el pronunciamiento destacó que “el actuar ilegítimo está constituido por el ingreso a un predio que no es de propiedad de los actores, sin su autorización y con lesión a su propiedad”, al tiempo que, “aun cuando haya sido el corte de una sola rama, el accionar en si mismo fue contrario a derecho y susceptible de generar responsabilidad”. Sin perjuicio de ello, la Cámara redujo el monto de condena a cinco mil pesos, al evaluar que, de la pericia rendida en el proceso, surgió que “el daño no fue permanente ya que los árboles han comenzado a rebrotar y si bien no son quizás lo mismo que antes de la poda original, al menos los mismos no están muertos”. Autos: Valdiviezo c/Meny

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