Por Estela B. Hawkes* y Claudia Arias **
A veces, el resultado de una mediación es un “Sin acuerdo”, lo que significa un acuerdo verbal entre las partes y la satisfacción de los intereses de quienes concurren a mediación. En este caso, en una etapa prejurisdiccional, Paloma y Sebastián solicitaron trámite de filiación para Joaquín, de 9 meses.
Paloma venía acompañada de María, madre de Sebastián, quien se quedó con el bebé en la sala de espera y no había concurrido pues no se encontraba “formalmente” notificado.
Como Paloma estaba ansiosa, escuchamos su requerimiento, acordamos una posible fecha de audiencia, llamamos a Sebastián por teléfono y lo comprometimos a asistir.
Paloma pedía que Sebastián le diera su apellido a Joaquín y formalizar los temas relativos a responsabilidad parental, cuidado personal, plan de parentalidad y alimentos, que se estaban cumpliendo, con la colaboración de María, que cuidaba a Joaquín para que Paloma pudiera trabajar.
Escuchamos también a María, quien nos contó que Sebastián había comenzado con Paloma una relación que terminó con el embarazo pero que finalmente se había casado con una novia anterior.
A su momento, Sebastián ratificó lo dicho por su madre y refirió que Lucía no reconoce a Joaquín como su hijo, por lo que se le hace muy difícil llevarlo a su casa. Le pedimos que nos permita intentar hablar con Lucía y se comprometió venir con ella a otra reunión. Luego recibimos a ambos y escuchamos a Lucía, quien manifestaba sus dudas sobre la paternidad de Sebastián, ofreciéndose a colaborar económicamente para que se realizara la prueba de ADN, asegurando que si ésta resultaba positiva, se comprometía a buscar ayuda terapéutica para poder mejorar sus sentimientos respecto a Joaquín, a fin de que Sebastián lo recibiera en su casa.
Sebastián y Paloma acordaron lugar y fecha para la prueba y se comprometieron a volver una vez que tuvieran los resultados.
A la siguiente reunión sólo vino Sebastián con Lucía, a quien volvimos a escuchar y nos contó que estaba más tranquila y concurría a terapia. Pidió que le diéramos otra oportunidad a Paloma y Sebastián para poner las cosas en orden, por lo cual citamos nuevamente a Paloma telefónicamente y por notificación formal.
Una vez más sólo asistió Sebastián, quien estaba muy preocupado porque hacía varios días que Paloma no llevaba al niño a la casa de su mamá para que lo cuidara, ni le atendía el teléfono. Llamamos a Paloma y nos contestó con evasivas, por lo cual dimos por finalizado el trámite de mediación como “Sin Acuerdo”.
Y como mediadoras y personas nos quedó sin respuesta una serie de preguntas. ¿Qué hizo que Paloma cambiara su actitud? ¿Qué tercero “ajeno” allegado a ella estaba interfiriendo en nuestra tarea? ¿Qué intereses ocultos tenía? ¿Esperaba un resultado distinto de la Mediación?
Por supuesto que intuimos las respuestas, especialmente respecto a los intereses ocultos, pero nuestra tarea como mediadoras se cumplió y se logró el resultado: se decidió y completó la filiación de Joaquín. Aun cuando no se llegó a redactar un “Acuerdo”. Y consideramos que este resultado fue valioso para todos, especialmente para Joaquín, por eso decimos que en este caso el “Sin acuerdo” fue un “Acuerdo tácito”.
* Mediadora, contadora. ** Mediadora, abogada
