Al determinar que la “creencia subjetiva” del demandante respecto que tiene “razones plausibles para litigar” no es suficiente para eximirlo de costas si ello no resulta de “hechos objetivos”, la Cámara 2ª en lo Civil y Comercial de Córdoba revocó la decisión de imponer las costas por su orden en una demanda por un accidente de tránsito que fue rechazada y, en su lugar, las impuso a la parte accionante en su totalidad.
En la causa “Marelli, José Ernesto y otro c/ Camino de las Sierras SA – ordinario”, el tribunal de origen desestimó la acción entablada por las lesiones de un menor con motivo de un accidente en una ruta concesionada a la demandada por considerar que hubo culpa de la víctima, pero al mismo tiempo impuso las costas por el orden causado.
En etapa de apelación, la citada Cámara, integrada por Silvana María Chiappero de Bas –autora del voto-, Mario Raúl Lescano y Marta Nélida Montoto de Spila, ratificó el fallo impugnado respecto del fondo de la cuestión.
Probanzas
Entre las argumentaciones dadas, el Tribunal de Alzada predicó que las probanzas rendidas “resultan suficientes para tener por debidamente acreditado que, aunque el obstáculo (en la ruta) fue colocado por la demandada, no ha sido la causa adecuada del accidente, sino mera condición, desde que la señalización permitía a cualquier conductor prudente y que transitara a velocidad reglamentaria, advertir su presencia y con ello evitar cualquier accidente”. Sin embargo, respecto de las costas, le dio la razón a Camino de las Sierras y las impuso al accionante, tras determinar que “el apartamiento de la regla del vencimiento en materia de imposición de costas, deferida al criterio judicial es de interpretación restrictiva (artículo 130, segunda parte, Código de Procedimiento Civil y Comercial) y debe resultar de hechos objetivos y no de la mera creencia subjetiva del litigante de tener razón fundada para litigar”.
“Todo aquel que promueve una demanda resarcitoria abriga las legítimas expectativas de triunfar en el reclamo y está íntimamente convencido de que tiene razones plausibles para litigar, luego, tal creencia subjetiva no puede estar en la causa de la eximición de costas”, pues “entenderlo de otro modo importaría erigir la excepción en regla, lo que no pudo haber sido la intención del legislador procesal”, explicó la Cámara.