La prueba indiciaria testimonial acreditó la sustracción de mercadería adjudicada al trabajador, quien, por su parte, nada hizo para justificar su proceder.
Con respaldo en la prueba indiciaria testimonial y al advertir que el actor no justificó su obrar, la Sala 10ª de la Cámara del Trabajo de Córdoba, integrada por Carlos Alberto Toselli, convalidó el despido con causa -fundada en pérdida de confianza- de un carnicero que se desempeñaba en la empresa Catering Argentina SA.
José Antonio Gallardo fue cesanteado por encontrarlo responsable de la supuesta sustracción de carne del servicio de comida que su empleadora brinda en la Embotelladora del Atlántico SA (Edasa). La patronal, previo a disponer el despido, efectuó una suspensión preventiva del actor y luego inició un sumario con el objeto de constatar la existencia de las irregularidades denunciadas.
Sin explicación
El magistrado, advirtiendo que no existió ninguna explicación del actor sobre los hechos injuriosos atribuidos, afirmó que “esa ausencia de justificación del obrar del actor constituye un fuerte indicio de accionar irregular del mismo”.
En esa dirección y conforme la prueba testimonial, se puntualizó que “la declaración de la testigo I. del C.M.M. es contundente y corrobora una secuencia de hechos irregulares, de sustracciones tipo hormiga, que hacen incurrir justamente al accionante en la situación de pérdida de confianza invocada al despedir”.
Modus operandi
Lo expresado por la testigo, “de que sentía impotencia al ver cómo se sustraía mercadería ante sus ojos, el hecho de que todos los testigos reconocieran que se sustraían cosas, la corroboración de que la requisa era superficial y no se hacía cacheo del trabajador sino simplemente se le pasaba un detector de metales, demostró un modus operandi, en desmedro de la accionada, que no puede ni debe ser tolerado por la misma, en defensa de su patrimonio”, subrayó el camarista.
En consecuencia, en el fallo se sostuvo que “si por la hora en que fue encontrada la carne la misma no podía tener más de dos o tres horas de cortada, si el encargado de la carne era el cocinero, que era el actor, si a las 8,00 horas se lo vio cortando la carne en filetes, si luego aparece en los vestuarios carne recién cortada, envuelta en papel para su conservación y si Gallardo no da ninguna explicación de ese hecho, todo lo involucra”.
Por ello, el juez Toselli concluyó que ello configuró “la situación imputada para despedir y por lo tanto debe considerarse justificado el mismo y rechazar la demanda incoada”.
