Contratista debe indemnizar a cliente por no entregar en tiempo y forma una vivienda

El constructor había objetado los montos mandados a pagar en concepto de alquiler de una vivienda sustituta, daño moral y daño material. Sí se redujo el rubro “mano de obra sustituta” [privado]

En el marco de un juicio en el que el accionante reclamó indemnizaciones a un contratista por la construcción de una casa, al acreditarse que no cumplimentó en tiempo y forma lo convenido, dejando, además, la obra inconclusa, la Cámara en lo Civil y Comercial de Bell Ville confirmó la condena del demandado.

El fallo rechazó los agravios del constructor, quien se quejaba por los rubros de alquiler sustituto y daño moral. También desestimó su planteo como reconviniente por los mayores costos de mano de obra durante la ejecución del contrato. En cambio, sí admitió su objeción respecto del error en que incurrió el juez a quo en cuanto al monto mandado a pagar en concepto de “mano de obra sustituta”, cuya suma se redujo.

Superior

El tribunal integrado por los vocales Damián Esteban Abad –autor del voto-, José María Gonella y Juan Pablo Miguel señaló, respecto del primer agravio, que el a quo mandó a pagar por daño material -“mano de obra sustituta”- $ 12.900, representando este monto una suma superior a lo reclamado.

El daño moral no trata sólo una cuestión de matemática proporcional, sino que busca "dar acabada reparación a la tranquilidad espiritual, como lo mostró el juez de la instancia inaugural, quien había indicado que el hecho de no contar con la vivienda en cuestión, necesaria para la vida normal de todos los días y las expectativas generadas no satisfechas, causan indudables molestias espirituales, y de todo tipo, en la vida diaria”

Argumentación dada por la cámara

La cámara indicó que el magistrado inferior llegó a aquel resultado sumando los pagos parciales que el accionante hizo al contratista, los que reflejan el monto de condena. Sin embargo, observó que ese monto se redujo a la suma que denuncia el accionado y no fue reajustado en los alegatos.

La alzada dio la razón al constructor, por lo que debe reajustarse el monto en cuestión, explicando que el actor no sólo no amplió su pretensión en ningún momento del juicio sino tampoco dejó librada la determinación a criterio del tribunal, lo que obsta la posibilidad de que la sentencia se exceda en la reparación que manda a pagar sino a riesgo de violentar el principio de congruencia.

Recibo

En cuanto al pago del alquiler de una vivienda sustituta, la cámara observó que para llegar a la condena de $1.500, el a quo tuvo en cuenta un recibo que por ese concepto habría abonado el accionante, siendo sobre este punto que el demandado argumenta haber impugnado oportunamente dicha documental, quejándose de que ésta no fue reconocida y de que no existe prueba alguna que dé basamento a la pretensión.

Sin embargo, el tribunal observó que, no obstante que en primera instancia se haya apoyado su tesis en presunciones e indicios en este tramo de su sentencia, de la atenta lectura de los antecedentes de la causa surge que en su obligación probatoria el actor trajo a juicio a quien fue su locadora.

El decisorio consideró que el testimonio de aquélla, no valorado en la primera instancia y tampoco impugnado por el demandado, se desprendieron extremos suficientes que acreditan la locación, demostrando el punto, por lo que se confirmó la condena por el rubro.

Luego, sobre el daño moral ($ 8.000), el tribunal analizó que este rubro no trata sólo una cuestión de matemática proporcional, como se quejó el contratista, quien pretendía que se ajuste a lo condenado por daño material, “sino de dar acabada reparación a la tranquilidad espiritual, como lo mostró el juez de la instancia inaugural, quien había indicado que el hecho de no contar con la vivienda en cuestión, necesaria para la vida normal de todos los días y las expectativas generadas no satisfechas, causan indudables molestias espirituales, y de todo tipo, en la vida diaria”, rechazándose el agravio.

Reconvención

Finalmente, respecto de la reconvención por reajuste de precio de mano de obra, el tribunal precisó que el contratista recién invocó la mayor onerosidad al momento de contestar la demanda y cuando fue emplazado justificó su retraso en el incumplimiento de los otros contratistas (carpintero, yesista, cloaquista) y en la falta de entrega de material, pero en absoluto en que lo haya sido por los mayores costos de mano de obra sobrevinientes durante la ejecución del contrato.

La cámara evaluó que cambiar el argumento de su defensa “habla también de una actitud reñida con la buena fe que debe imperar en el cumplimiento de los contratos”, por lo cual se rechazó el agravio.