Consideran voluntad de la madre dar en adopción a su hijo

El fallo subrayó que, desde que tomó conocimiento de su embarazo, la mujer se informó sobre los trámites que debía realizar para que el niño fuera declarado en estado de adoptabilidad [privado]

El Juzgado de la Niñez, Adolescencia, Violencia Familiar y de Género de Séptima Nominación de Córdoba declaró a un niño en estado de adoptabilidad, al sostener que no se puede interpretar la manifestación de voluntad de la madre de que su hijo sea adoptado como una defección de sus responsabilidades parentales, como si la opción de otra forma familiar para su hijo fuese en detrimento de éste.

El tribunal agregó que, por medio de la adopción, debe proveerse al menor de una familia que le genere el espacio de hijo y le brinde la atención, afecto y cuidados que necesita para su desarrollo pleno.

La jueza Susana Ottogalli de Aicardi señaló que no ha existido desde un inicio de la intervención estatal la posibilidad de retorno del niño C. O. M. a su ámbito familiar, dada la firme determinación de su progenitora orientada al otorgamiento de la adopción del niño y la desvinculación de todo tipo de lazo familiar con él.

La jueza agregó que -desde que tomó conocimiento de su embarazo- la progenitora se informó sobre los trámites que debía realizar para que se otorgue la adopción del niño en un proceso legal, descartando ofrecimientos materiales que le habrían realizado al margen de la ley y en abierta vulneración de los derechos del niño.

La magistrada apuntó que la revelación efectuada por la madre, de no haber establecido un contacto emocional que la ligue al niño, la oposición a que su familia extensa tome conocimiento de su situación, la reticencia a involucrarse en cuestiones tales como la inscripción e incluso la elección del nombre, así como la negativa de aportar datos del progenitor del niño, son todos parámetros objetivos que acompañan y se condicen con las expresas manifestaciones sostenidas.

Resguardo

El fallo apuntó que el niño permanece resguardado en el seno de una familia de acogimiento, la cual voluntaria y desinteresadamente asume su cuidado para asegurar su desarrollo en un ámbito familiar hasta tanto se defina su situación.

Asimismo, la jueza agregó que -desde que tomó conocimiento de su embarazo- la progenitora se informó sobre los trámites que debía realizar para que se otorgue la adopción del niño en un proceso legal, descartando ofrecimientos materiales que le habrían realizado al margen de la ley y en abierta vulneración de los derechos del niño.

En esa dirección, la magistrada apuntó que las leyes, las instituciones y la sociedad misma “deben facilitar la alternativa de la adopción, una vez tomada la decisión por parte de la progenitora y ante la inexistencia de un padre identificado, para que el proceso transcurra de la manera más rápida y sencilla, evitando someter a la madre a posibles perjuicios y contrariedades para poder desvincular a su hijo de su entorno familiar y que se otorgue su adopción, y para ello es menester prescindir de exaltar en forma desmedida los vínculos biológicos, cuando de lo que se trata es de proteger la vida misma de ese niño o niña que ha sido engendrado y su derecho a una buena calidad de vida”.

Mandato

El tribunal reflexionó que “el mandato social de criar y cuidar a los propios hijos biológicos sublimado con la creación del instinto materno como respuesta a necesidades socio-económicas, hizo que históricamente la mujer se sienta socialmente compelida a hacerse cargo en forma personalizada de la crianza de los hijos engendrados por ella, imposición social que contrasta con la diversidad de las situaciones de vida reales”.

El decisorio observó que “la misma sociedad que a través de sus leyes defiende la vida humana desde su concepción (art. 19 CCCN y art. 2 Ley 23.849 en cuanto declara el alcance del art. 1 de la CDN) luego dificulta a la madre, una vez nacido el niño que, a través de los mecanismos instituidos legalmente a ese fin, vincule el destino de éste por medio de la adopción, con una familia con la cual no tiene lazos biológicos más le ha generado en su interior un espacio de hijo”.

En esa dirección, la sentenciante agregó que del mismo modo la norma civil considera a la adopción como una forma más de generar el vínculo paterno-materno-filial es decir, aunque subsidiaria de la natural, equiparada a ésta como fuente filial, ya que el art. 558 CCCN, sienta que la filiación “puede tener lugar por naturaleza, mediante técnicas de reproducción humana asistida, o por adopción. La filiación por adopción plena, por naturaleza o por técnicas de reproducción humana asistida, matrimonial y extramatrimonial, surten los mismos efectos, conforme a las disposiciones de este Código (…)”.

Tipos

La iudex derivó que “ninguna diferencia de categoría ni jerarquía o escala de valía alguna se desprende del enunciado que acabamos de reproducir sólo que, a su turno, el Código regula los distintos tipos filiatorios conforme a las particularidades y especificidad de cada uno, aunque todas dotadas de igual entidad jurídica”.

Finalmente, la jueza concluyó “que no se puede interpretar la manifestación de voluntad de esta madre como una defección de sus responsabilidades parentales, como si la opción de otra forma familiar para su hijo fuese en detrimento de éste, cuando ha quedado evidenciado que ha adoptado todos los recaudos para el resguardo de los derechos del niño desde que toma conocimiento de su estado de embarazo, y luego del nacimiento promoviendo su inserción en un grupo familiar adoptivo, y con tal cometido ha transitado todos los pasos legales estatuidos a tal fin”.