Consideran un salario mínimo como pauta adecuada para cuota alimentaria de una adolescente

La madre de la joven demostró las actividades de la hija en común que tiene con el demandado, los gastos que éstas generan y lo que necesita para solventar la manutención

Con sustento fundamentalmente en el interés superior del niño y las necesidades de crecientes de los adolescentes, sumado a que el progenitor no demostró la imposibilidad de obtener recursos económicos y a los aportes que realiza la madre para solventar los gastos de la menor de edad, la Cámara en lo Civil y Comercial, del Trabajo y Familia de Cruz del Eje confirmó la sentencia que fijó como cuota alimentaria a cargo del demandado la suma de un salario mínimo vital y móvil (SMVM).

El tribunal integrado por los vocales Omar Rene Sarich, Lucrecia Nocetto y Jorge Enrique Castro observó que el padre alimentante no negó en ninguna oportunidad las necesidades de la niña -hoy adolescente- valoradas por el juez a quo, teniendo especial consideración la edad de su hija. Tampoco que la vivienda, la cobertura de salud y las actividades escolares y extracurriculares se encontraran a cargo de la progenitora.

Imposibilidad

El planteo del hombre apuntó a manifestar su imposibilidad de hacer frente a su obligación como alimentante, sin invocar constancias objetivas que refutaran los argumentos del juez referidas a su actividad inmobiliaria, sus viajes al exterior, la titularidad de una camioneta -luego vendida en el transcurso del proceso-, a lo que se sumó que tributa como monotributista categoría C, siendo ello para el tribunal un indicio de sus posibilidades económicas, que no fue rebatido con prueba en contrario.

Asimismo, el fallo indicó que no podía soslayarse que en el caso se encuentra involucrado el interés superior de la joven en su relación jurídica alimentaria con sus progenitores, lo que impone que, en el marco de la tesis de la carga dinámica de la prueba, “la demostración de determinados extremos fácticos se desplaza a quien se encuentra en mejor situación para obtener los elementos de prueba necesarios para definir la concurrencia o no de los recaudos legales que tornan procedente la acción”.

Así, el tribunal concluyó que lo expuesto en el marco de dichas directrices impone el rechazo del recurso de apelación del alimentante, puesto que, ante la ausencia de invocación de elementos objetivos que acrediten los ingresos económicos del progenitor o su situación patrimonial, la pauta equivalente de un SMVM fijada por el a quo luce razonable en el marco de las constancias de la causa y el interés superior de la joven, que debe ser preferido indudablemente por encima de los demás derechos de los progenitores.

Jurisprudencia

Para la cámara, como señala la jurisprudencia especializada en la materia, no debe perderse de vista que, conforme lo dispuesto por los artículos 646, 658 y 659 del Código Civil y Comercial (CCyC), “sobre los progenitores pesa el deber alimentario de sus hijos mucho más estricto en la ley que el existente entre los parientes, y ello se traduce no sólo en la obligación de proveer todo lo atinente a su asistencia integral sino también en realizar todos los esfuerzos que resulten necesarios a los fines de cumplir acabadamente con dicho deber emergente de la responsabilidad parental”.

En la decisión se interpretó que tales directrices “imponen bregar por la satisfacción de las necesidades elementales de los alimentados involucrados, garantizándoles así la protección de su ‘interés superior’ (art. 639 inc. a), CCyC, art. 3 de la Convención sobre los Derechos del Niño y art. 3 de la ley Nº 26061), más allá de la situación económica del alimentante, quien deberá arbitrar las medidas necesarias para efectivizar el cumplimiento alimentario, sin que pueda excusarse de cumplir invocando falta de trabajo o de ingresos suficientes” .