ESCUCHARLa causa por la trágica explosión de la ambulancia 107 quedó más cerca del juicio oral, luego de que el juez de Control Nº 6, Agustín Spina Gómez, ratificara ayer la requisitoria de elevación a juicio formulada por la fiscal de instrucción del Distrito 2 Turno 2, Mercedes Balestrini.
En la resolución, el magistrado confirmó la acusación de seis de los imputados, tres de ellos funcionarios municipales. Entre los acusados figura el entonces subdirector a cargo del servicio municipal 107, Claudio Marcelo Gómez; el encargado de logística del servicio municipal, Carlos Alberto Navarro y el sub encargado del área, Pablo Federico Olmos. También se confirmó la imputación para los empresarios de la carrocera Vallés SRL, Omar Alfredo Vallés y Ricardo Alberto Vallés y el técnico de esa empresa, Víctor Enrique Scienza.
Diferente suerte corrió, en cambio, el ingeniero encargado del área de calidad de Vallés SRL, Hugo Alberto Seveso, quien deberá seguir siendo investigado por Ballestrini, según lo ordenó el juez Spina Gómez a la funcionaria del Ministerio Público. Cabe recordar que Seveso está imputado por el delito de homicidio culposo y lesiones culposas agravadas.
Los funcionarios municipales, para quienes el juez de Garantías confirmó la elevación a juicio, están imputados, además de homicidio culposo y lesiones culposas agravadas, por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Antecedentes
La explosión, que terminó con la vida de cuatro personas, ocurrió cuando un patrullero del CAP del Distrito 3 de la Policía se dirigía a barrio San Vicente, donde se registraba un tiroteo. Al lugar concurrió también la ambulancia y según se desprendió de la instrucción que inició en una primera instancia el ahora juez de Control, Gustavo Reinaldi, la causa del accidente fue consecuencia de una combinación entre graves falencias en las instalaciones eléctricas y la acumulación de gas medicinal, sumados a deficiencias en la ventilación del vehículo .
En la pericia, los técnicos revelaron que los tubos de oxígeno tenían pérdidas, los sistemas de ventilación no funcionaban y las instalaciones eléctricas distaban mucho de ser las óptimas. Así fue posible que la ambulancia se incinerara en menos de cinco minutos, llegando a una temperatura de más de 2.000 grados, efecto alcanzado por la propagación del oxígeno.
