Condena, resarcimiento y decomiso de bienes en causa de trata de personas

El hombre recibió una pena de nueve años de prisión y deberá indemnizar a su víctima. El tribunal tuvo en cuenta que se aprovechó de la vulnerabilidad de la mujer, de origen colombiano

El Tribunal Oral Criminal Federal Nº8 de la Capital Federal, integrado de manera unipersonal por el juez Nicolás Toselli, condenó a nueve años de prisión a un hombre al considerarlo autor de los delitos de trata de personas con fines de explotación, agravado por haber sido cometido mediante engaño, violencia, amenazas y abuso de una situación de vulnerabilidad y por haberse consumado en perjuicio de una víctima; falsificación de documentos públicos, y tenencia ilegítima de un documento nacional de identidad auténtico.

Asimismo, el magistrado ordenó al acusado Juan Martín Isetta pagar en concepto de reparación económica a la víctima la suma de 139.300 pesos y 13.856 dólares , sumas que fueron secuestradas al ahora condenado durante la investigación. Asimismo, dispuso el decomiso de un vehículo BMW, producto de la actividad ilegal llevada adelante por Isetta.

El juicio comenzó el 20 de agosto de 2021 y a lo largo de las audiencias declararon 30 testigos. Durante los alegatos, la Fiscalía pidió para el acusado una condena de 14 años de cárcel.

La investigación se inició el 1 de febrero de 2018 por una denuncia realizada por el Consulado de la República de Colombia en Buenos Aires ante la procuraduría especializada. Esa sede diplomática informó que había recibido un llamado telefónico de una mujer, ciudadana de ese país, que ponía en conocimiento una situación de explotación en la ciudad de Buenos Aires, de la cual resultaba víctima su hermana.

Isetta llegó a juicio acusado de captar, trasladar y acoger a una mujer con el propósito de reducirla a la servidumbre sexual a través de engaños, violencia, abuso de su situación de vulnerabilidad y amenazas tanto contra ella como contra sus familiares y amigos. Además, fue acusado de cometer falsificación de documentos públicos y defraudaciones por medio de tarjetas de crédito.

Según la prueba reunida a lo largo del debate, Isetta desarrolló las maniobras relativas al delito de trata desde mediados de 2016, cuando mantuvo los primeros contactos con la víctima a través de las redes sociales, hasta el 17 de mayo de 2019, fecha en que resultó detenido.

En el marco de la causa que llegó a juicio se pudo constatar que el acusado captó a la víctima mediante el inicio de un vínculo amoroso virtual y que de esa manera consiguió que la mujer se trasladara por primera vez de la ciudad de Medellín, en Colombia, a Argentina, bajo falsas promesas de concretar la relación, conocer la ciudad de Buenos Aires, y obtener una suma de dinero y un teléfono celular. Incluso esos engaños se extendieron durante parte de la etapa de acogimiento para convencerla de que aplazara su vuelta a Colombia.

Posteriormente, se pudo determinar que -a medida que avanzaba la estadía de la víctima en el país- Isetta ejerció violencia física, psicológica, sexual y económica contra ella, y que, para mantener la finalidad de explotación, el imputado se aprovechó de su situación de vulnerabilidad, ya que la mujer no contaba con redes socio-afectivas locales de contención a las cuales pudiese recurrir.

La investigación también pudo probar que el acusado amenazó a la víctima con el fin de infundirle un mal o causarle la muerte a su hijo menor de edad y que consiguió que, luego de su primer viaje, la víctima regresara en tres oportunidades más a la Argentina.