Conceden daño moral por un accidente de tránsito

El tribunal de alzada interpretó que el accionante merecía una compensación económica por el pesar que le ocasionó el siniestro y estimó el resarcimiento conforme los parámetros establecidos por el Código Civil y Comercial

La Cámara 8ª Civil y Comercial de Córdoba admitió la apelación presentada por el accionante en lo referente al agravio por el rechazo de daño moral como consecuencia del accidente de tránsito sufrido y ordenó a la demandada el pago de una suma de dinero, la cual fue estimada de acuerdo a los parámetros de compensación establecidos en el Código Civil y Comercial (CCC). [privado]

El tribunal integrado por los vocales Gabriela Lorena Eslava y Héctor Hugo Liendo analizó el recurso de apelación interpuesto en contra de la sentencia que admitió la demanda entablada por Cristian José Caffaratti, en contra de Juan Jorge Ontivero y Emilio Osvaldo Cicconi.

Antecedentes

En esa dirección, la alzada precisó que no está controvertido el accidente de tránsito ocurrido el día 16 de noviembre de 2014, alrededor de las 7.45, aproximadamente, en la intersección de las calles Marcelo T. de Alvear y 27 de abril, que protagonizaron el demandante, Cristian José Caffaratti, quien conducía a bordo de un automóvil marca Renault Kangoo, dominio MWZ885, de propiedad de Raquel Matilde Muñoz, en sentido norte-sur, y el demandado, Juan José Ontivero, que circulaba en el automóvil marca Chevrolet Corsa, dominio ISN987, de propiedad de Emilio Osvaldo José Cicconi, en sentido este–oeste.

En el caso “parece clara la afectación espiritual que significa sufrir un accidente de la envergadura del planteado en autos y haber recibido un golpe fuerte en su cuerpo”.

Los camaristas añadieron que la controversia giró en torno a la procedencia y cuantificación de los rubros reclamados en la demanda.

Así, al analizar la queja del actor por el rechazo del rubro daño moral, el fallo indicó el tribunal que el magistrado de primera instancia fundó el rechazo en que no se ha acreditado el padecimiento por cuanto el perito médico oficial dictaminó que no quedaron secuelas incapacitantes, tratándose el hecho de un cuadro clínico leve.

Afectación

Bajo esas premisas, la Cámara sostuvo que en el caso “parece clara la afectación espiritual que significa sufrir un accidente de la envergadura del planteado en autos y haber recibido un golpe fuerte en su cuerpo”.

En ese orden de ideas, el fallo remarcó que cualquier persona “se ve afectada espiritualmente por un suceso traumático como un accidente en donde el vehículo comandado hace un vuelco, de manera tal que la propia compañía aseguradora cubrió el monto por destrucción total del automóvil”, concluyendo que “ello permite apreciar la magnitud del siniestro acaecido”.

Por otro lado, el decisorio consideró que el damnificado debió ser atendido en el Hospital de Urgencias, en el que se le diagnosticó tratamiento con analgésicos por tres días, por lo que los camaristas.

Por ello, los jueces concluyeron que corresponde acoger el rubro en cuestión. A tal fin, “estimó que la suma de $2.000 -a la fecha del accidente 16/11/2014- resulta razonable atento los placeres compensatorios que permitiría adquirir”. Resaltando que la suma indicada, con más los intereses moratorios desde esa fecha -conforme la tasa que se fijará seguidamente- arrojan actualmente la suma de $9.372,08.

En esa dirección indicó que el tribunal que sin perjuicio del efectivo destino que decida darle a ella- le permitiría, por ejemplo, realizar algún viaje de placer o descanso, lo que significaría un contrapeso al daño sufrido; o la realización de alguna actividad de esparcimiento conforme sus gustos personales.

Dificultad

En consecuencia, los vocales sostuvieron que sin perjuicio de la evidente dificultad que importa el tener que buscar las satisfacciones que sean sustitutivas del daño extrapatrimonial que pueda padecer una persona que se ve involucrada en un accidente de tránsito y que queda en la esfera personal del damnificado; siendo que se ha tomado en cuenta las específicas circunstancias de autos, es que consideramos que el monto fijado resulta justo y equitativo.

Por ello, en el fallo se resolvió que se hace lugar al agravio, revocando parcialmente la sentencia apelada, acogiendo el rubro daño moral por $2.000, monto que devengará una tasa de interés equivalente a la tasa pasiva promedio que publica el BCRA con más dos por ciento nominal mensual desde la fecha del hecho hasta su efectivo pago.