Ricardo Omar Almirón, el enfermero que cuidaba a Diego Armando Maradona durante el turno noche y madrugada en la internación domiciliaria previa a su muerte, complicó hoy la situación de su jefe Mariano Perroni, de la médica de la prepaga Nancy Forlini y de la psiquiatra Agustina Cosachov, al afirmar que ninguno de estos tres imputados se preocupó por la situación cardiológica del paciente, ni le dieron la historia clínica del “10”.
Fuentes judiciales aseguraron que en su extensa declaración de cinco horas, Almirón (38) también reveló que él entregó sin la firma del paciente y cuando Diego ya había fallecido, una serie de planillas que luego aparecieron firmadas aparentemente por Maradona, por lo que los fiscales investigarán en estos documentos la presunta falsificación de la firma del “10”.
El enfermero se convirtió hoy en el primero de los siete profesionales de la salud imputados en la causa en ser indagado por “homicidio simple con dolo eventual”, delito que prevé una pena de 8 a 25 años de prisión.
Esa figura penal fue elegida por los fiscales tras seis meses de investigación en la que concluyeron que el equipo médico de Maradona no solo fue deficiente, sino que sabía que el “10” podía morirse y no hizo nada para evitarlo.
Acompañado por su abogado Franco Chiarelli, Almirón llegó minutos antes del mediodía a la Fiscalía General de San Isidro, en la calle Acassuso 476, donde ante la presencia de la prensa, se montó un vallado para ordenar la entrada a la sede judicial y respetar los protocolos de prevención por la pandemia del coronavirus.
Allí, el enfermero de la empresa “Medidom” fue recibido por el equipo de fiscales que lleva adelante la investigación y está integrado por Cosme Iribarren, Patricio Ferrari y Laura Capra, todos coordinados por el fiscal general de San Isidro John Broyad.
“Contó que desde el inicio notó que Maradona estaba taquicárdico, con un ritmo cardíaco superior a 100 en todo momento. Explicó que esto no solo lo dejó asentado en sus planillas sino que también se lo hizo saber a las dos autoridades médicas a las que él reportaba, Forlini y Cosachov, y que no tuvo de ellas una respuesta ni una directiva adecuada”, dijo a Télam una fuente judicial con acceso al expediente.
Almirón también mencionó que entre Forlini y Cosachov existió un “conflicto profesional” que motivó, entre otras cosas, que se cambiara el grupo de WhatsApp donde los enfermeros reportaban las novedades diarias.
Historia clínica
Según la fuente consultada por Télam, Almirón dijo sobre su jefe directo, el coordinador de enfermeros Perroni, que en reiteradas oportunidades le reclamó la epicrisis y la historia clínica de Maradona, pero que nunca recibió nada de eso y que en la empresa Medidom solo le informaron que iba a atender a “un paciente psiquiátrico que había sido operado de un hematoma subdural”.
Tal como ya había dicho en su declaración testimonial –ahora sin validez en la causa-, Almirón volvió a decir que fue la última persona en ver con vida a Maradona a las 6.30 del 25 de noviembre, antes de terminar su turno, aunque en esta oportunidad aclaró que no entró a la habitación, sino que lo observó a distancia, al abrir la puerta corrediza.
Además, ratificó que el último control de signos vitales que hizo sobre el “10” fue entre las 21 y 22 del 24 de noviembre, lo que revela que Maradona estuvo unas 14 horas sin controles, ya que su horario de muerte fue fijado a las 12.30 del día siguiente.