La fiscalía del Distrito 4, Turno 3, a cargo de Juan Pablo Klinger investiga el entorno cercano de Susana Montoya, la jubilada que fue asesinada el pasado viernes en su casa ubicada en barrio Ampliación Poeta Lugones.
Según las conclusiones de la autopsia, el crimen fue perpetrado con ensañamiento. Los investigadores han determinado que la muerte de Montoya fue el resultado de dos mecánicas de asesinato: traumatismo de cráneo y estrangulación.
Para los investigadores, el móvil del asesinato podría haber sido el cobro de 76 millones pesos como reparación histórica por el crimen de lesa humanidad de su marido Fermín Albareda.
Teniendo en cuenta que no había puertas forzadas ni faltaban elementos se presume que Montoya conocía al homicida, por lo que le dio acceso a su domicilio y lo dejó ingresar. Dentro de la casa no se constataron faltantes entre los objetos de valor.
La autopsia revela que la mujer fue golpeada con un trozo de cemento en la cabeza, la asfixiaron, la estrangularon con las propias manos y, una vez muerta, le clavaron un cuchillo en el cuello. Además, el cuerpo fue cubierto con pasto y restos de heces de perro hallados en el patio.
Dentro de la casa, en la cocina comedor, rezaba una fuerte amenaza: “Los vamos a matar a todos. Ahora vamos por tus hijos #Policía”.
Conocida la noticia del crimen, desde los organismos de Derechos Humanos de Córdoba solicitaron que se realice una “urgente investigación y esclarecimiento” del hecho. También pidieron que se investiguen las amenazas que habían sufrido los integrantes de la familia de la víctima.