Banco indemniza a octogenaria por caída que le ocasionó una alfombra

La cámara interviniente revocó la sentencia de primera instancia que desestimó la acción y admitió los rubros resarcitorios derivados de la lesión que sufrió la anciana

La Cámara 8ª Civil y Comercial de Córdoba admitió la apelación de una mujer de avanzada edad que sufrió una caída al ingresar a una sucursal del Banco Macro SA y condenó a éste por daños y perjuicios por no brindar el deber de seguridad establecido en la Ley de Defensa del Consumidor (LDC) .

El tribunal -integrado por los vocales Gabriela Eslava y Héctor Liendo- indicó que no estaba controvertida la existencia del hecho en el que se basó la acción, que ocurrió el 28 de diciembre de 2016 cuando en horas de la mañana la demandante, de 86 años, concurrió a la sucursal ubicada en el Cerro de las Rosas y, luego de traspasar la puerta principal de ingreso, tropezó, se cayó y se quebró el húmero proximal derecho. También

sufrió lesiones en su brazo y hombro derecho, lo que terminó afectando otros miembros y funcionalidades corporales, por lo que debió usar un cabestrillo y hacer rehabilitación por un plazo de dos meses y 30 sesiones de fisioterapia .

También estableció que no se discutió que, conforme la calidad y vínculo de las partes -usuaria y proveedor-, era de aplicación la normativa consumeril.

Reborde

La alzada valoró que la prueba permitía atribuirle el percance a la existencia de un reborde en una alfombra en el piso del local, imposible de detectar a simple vista, no surgiendo que el banco acreditara la existencia de causa ajena que le permitiera eximirse de responsabilidad por lo ocurrido.

Asimismo, destacó que pudo haber aportado a la causa, como se le solicitó en la demanda, las grabaciones de las cámaras de seguridad del día del accidente, lo que no lo hizo , pese a que se trataba de una prueba que se encontraba, supuestamente, en su poder.

Por ello, sostuvo que el incumplimiento del solidarismo probatorio generó que aquella reticencia se considerara un indicio de veracidad de los dichos de la damnificada.

Subrayó la peligrosidad o el riesgo para la salud de las personas de edad avanzada, en función de las dificultades motoras que suelen presentar, que implicaba la disposición de una alfombra en la puerta de entrada, más allá de la presencia de varillas de contención, las que no se probó que existieran a la fecha del episodio.

Ruptura

En virtud de lo señalado, entendió que la demandada no desplegó actividad probatoria alguna a los fines de acreditar la ruptura del nexo causal para poder ser eximida de la responsabilidad objetiva que la normativa consumeril le atribuye, al argumentar que no acreditó ni culpa inexcusable de la víctima ni hecho de un tercero por quien no debe responder.

La cámara consideró asimismo que la accionada tampoco incorporó prueba conducente a acreditar el cumplimiento del deber de seguridad que sobre ella recae frente a los bienes y persona de sus usuarios y consumidores, sino que, por el contrario, se limitó a negar los hechos alegados por la actora sin producir prueba pertinente ni incorporar la que se encontraba a su alcance a los fines de esclarecer cómo sucedieron los hechos denunciados, pese a encontrarse en mejores condiciones para acreditar que no existió alteración alguna del piso de la sucursal capaz de provocar el accidente que sufrió la anciana.

A su vez, aclaró que una alfombra constituye por sí una alteración en la superficie , aun cuando se encuentre sostenida, derivando una presunción en contra del banco que permite condenarlo por el accidente sufrido por la accionante.

Análisis

Como consecuencia de lo establecido, revocó la sentencia en crisis.

Luego de analizar los rubros reclamados, resolvió condenar a la entidad financiera a pagar la suma de $219.525,75, discriminados de la siguiente forma: a) por lucro cesante pasado: $ 64.525,75; b) por daño emergente por reintegro de gastos médicos, paramédicos, fisioterapéuticos y farmacéuticos $ 35.000, y c) por daño moral $ 120.000, con más los intereses.