Aunque el reclamo de horas extras fue desprolijo, no cabía imponerle costas al trabajador

El Tribunal Superior de Justicia de Córdoba recordó los errores cometidos por el accionante al demandar el pago de esos períodos que, en definitiva, no resultaron coincidentes con los días que aducía haber laborado

Si bien rechazó el reclamo de horas extras en contra de Holcim SA confirmando la valoración realizada por el juzgador a quo, quien había remarcado la desprolijidad de la planilla presentada sobre la jornada laboral, la Sala Laboral del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba (TSJ) admitió el agravio relativo a la imposición de costas al trabajador accionante y ordenó que aquellas generadas en el pleito sean soportadas por cada parte y no impuestas al vencido, al considerar que el accionante pudo considerarse con derecho al reclamo.

El demandante se agravió porque en la instancia previa , el tribunal desestimó la procedencia de las diferencias de haberes por horas extras, rechazó la demanda y le impuso las costas, sosteniendo que la demandada consintió la forma en que se propuso la demanda y que había acreditado la jornada laboral denunciada. De igual modo, refirió que en la causa se adjuntaron dos acuerdos en los que la empresa reconoció una diferencia económica por horas extras a otros trabajadores categorizados como fuera de convenio.

Ley

En ese orden de ideas, el demandante aseveró que las horas extras eran mensuales, normales y habituales, aunque no estuviera vigente la ley 26597. Señaló asimismo que el a quo no valoró la confesión efectuada por la empleadora en los alegatos, en relación al testimonio de F. L., y adujo que tal prueba es dirimente para acreditar la extensa jornada del actor.

Finalmente, el accionante cuestionó la imposición de costas y dijo que los lapsos trabajados y las disposiciones de la ley modificatoria lo llevaron a considerarse con derecho a reclamar.

A su turno, TSJ integrado por los vocales Mercedes Blanc de Arabel, Luis Enrique Rubio y Luis Eugenio Angulo, tras evaluar la cuestión, indicó que el agravio relativo a las horas extras era inadmisible.

Al respecto, el alto cuerpo consideró que el juzgador a quo destacó que el relato de la demanda resultaba impreciso, porque en la planilla de rubros el actor reclamaba un total de 80 horas extras mensuales al 50%, pero seguidamente denunciaba haber trabajado 96 y más adelante aclaraba que, concretamente, se le adeudan 30 horas al 50% y 18 al 100%. Asimismo, los vocales recordaron que el a quo había considerado que las distintas versiones dadas le impedían expedirse al respecto.

Supervisión

El TSJ tuvo en cuenta que -salvo los últimos tres meses de relación- se trataba de un trabajador que efectuaba tareas jerárquicas de supervisión, exceptuadas del régimen de jornada de trabajo (ley 11544) y luego ponderó que el demandante no acreditó la realización de horas extras en el período posterior a la entrada en vigencia de la ley 26597, porque las testimoniales ofrecidas por su parte dan cuenta de hechos anteriores al 20 de junio de 2010.

Así las cosas, en el fallo se sostuvo que tales argumentos no fueron rebatidos por el recurrente, quien se limitó a descalificar la resolución sin asumir que el tribunal constató inconsistencias en el modo de proponer la petición.

En esa dirección, el pronunciamiento apuntó que el recurrente tampoco justificó de qué modo los elementos probatorios que invocó (testimonial de F. L. y los acuerdos de dos empleados fuera de convenio) resultarían hábiles a fin de corroborar que con normalidad y habitualidad realizó horas extras desde junio a septiembre de 2010.

Por ende, el TSJ concluyó que permanece inalterable lo expuesto por el a quo, respecto de que el actor no acreditó que en el lapso referido haya realizado las horas extras que -de manera desprolija- reclama.

Facultad

Sin embargo, se consideró que distinto acontece con el agravio por la imposición de las costas, al expresar que si bien es facultad propia del juez de mérito y, en principio, la decisión al respecto escapa al control del recurso incoado, cuando la materia involucra derechos inherentes a la defensa en juicio y específicamente de un trabajador se vuelve ineludible la intervención excepcional del tribunal supremo.

Así, se valoró que por el principio general emergente del artículo 28 Código Procesal del Trabajo -CPT -, las costas responden al hecho objetivo de la derrota, pero no excluye la ponderación de las particularidades de la causa y en especial las del accionante para promover la acción.

Por ello, se consideró que en el contexto dado, el demandante pudo creer que le asistía el derecho de demandar diferencias salariales e indemnizatorias. En consecuencia, en el fallo se resolvió que corresponde anular el pronunciamiento en el aspecto indicado -artículo 105 CPT- y, entrando al fondo del asunto, imponer las costas por el orden causado.