Aumentan cuota alimentaria para solventar necesidades de un joven de 18 años

El tribunal convalidó el incremento de 15 a 20 por ciento de la remuneración que percibe el padre para la mensualidad. Ese porcentaje se estableció conforme la capacidad económica del alimentante

La Cámara de Familia de Primera Nominación de Córdoba hizo lugar al recurso de apelación interpuesto por la progenitora y, en consecuencia, incrementó la cuota alimentaria a cargo del padre y en beneficio de su hijo de 15% a 20% de la remuneración que percibe el demandado, fundando su decisión en que el porcentaje fijado resultaba insuficiente para solventar las necesidades de un adolescente de 18 años de edad, valorado desde la óptica de la capacidad económica del alimentante y las necesidades del hijo.

El tribunal integrado por los vocales Graciela Melania Moreno de Ugarte, Fabián Eduardo Faraoni y Rodolfo Alberto Ruarte indicó que en el caso se perseguía la revisión de lo resuelto por la a quo, en cuanto admitió parcialmente la pretensión de aumento de la cuota alimentaria solicitada por N. y fijada a favor de L. E. T. -hoy mayor de edad, nacido 2003 según partida de nacimiento- una cuota alimentaria equivalente a 15% de los ingresos que percibe su progenitor por todo concepto, previo descuentos obligatorios de ley, más el salario familiar, si lo percibiera.

Al analizar la cuestión, la cámara consideró que la cuota alimentaria fijada era insuficiente, si se la valora desde la óptica de la capacidad económica del alimentante y las necesidades del hijo.

En ese sentido el fallo remarcó que las necesidades de L. pueden presumirse, más allá de la escasa prueba incorporada en autos, y no sólo comprenden la parte de alimentación propiamente dicha, sino que se extienden a aquellas referidas a educación, esparcimiento, vestimenta, habitación, asistencia y gastos por enfermedad, que hacen a la formación y sustento integral de la persona.

Los vocales destacaron que las testimoniales obrantes en la causa, que muestran la difícil situación socio-económica de L., destacada por una profesora del joven, quien dijo en la causa que “vive con lo justo, clase media baja”.

Un vecino de la mujer, expresó que L. y su madre “viven siempre con lo justo”; otro testimonio afirmó que va a la casa de L. porque la hija lo ayuda en las materias, porque la madre no tiene dinero para pagar una maestra y que la situación económica del joven no es muy buena, en tanto una tercera sostuvo que “L. tiene lo elemental” y “no tiene las salidas normales de un chico de su edad debido a los escasos recursos”.

Luego, en cuanto a los recursos de los progenitores, el tribunal señaló que no está en discusión el trabajo o los ingresos de la señora N. y sus aportes, sino lo que debe afrontar el padre como alimentos para su hijo, resultando empero necesario destacar que L. convive con la madre y que ésta realiza todo tipo de actividades para sostener económicamente a la familia -tales como limpieza, cuidado de enfermos y venta por catálogo, entre otras-, derivando que estas tareas de atención y dedicación deben ser valoradas económicamente y constituyen un aporte a la manutención, ya que demandan un tiempo considerable que no puede ser dedicado a otras actividades extra domésticas.

Documental

En cuanto al padre, el pronunciamiento judicial indicó que se encuentra probado -con la documental obrante en la causa- que es empleado en relación de dependencia de una empresa desde hace más de 20 años, habiendo conformado una nueva pareja con la que tiene un hijo. El fallo aclaró que no se ha acreditado ni probado que tenga a su exclusivo cargo económico a las demás personas que menciona.

Sobre la base de estas premisas, tomando en consideración las necesidades de L. y su contexto, la capacidad económica del padre y la difícil situación socio-económica actual, la cámara concluyó que corresponde fijar como cuota alimentaria mensual en favor del joven el porcentaje equivalente a 20% del salario que percibe su padre, previo los descuentos de ley, más asignaciones familiares si la percibiera, en la forma y la modalidad dispuesta por el tribunal a quo.