Anotaron trillizos gestados por su abuela a nombre de sus progenitores biológicos

El juez subrayó que actualmente la maternidad y la paternidad pueden dejar de considerarse una relación de filiación basada en un puro reduccionismo biológico y que se impone el establecimiento de una realidad no genética sino socioafectiva, determinada por el aporte del elemento volitivo. [privado] En un caso en el que se dio una fecundación extracorporal con el material genético que aportaron los accionantes y el posterior implante de los embriones en el cuerpo de la madre de la actora, el Juzgado de Primera Instancia de Familia de Mendoza hizo lugar a la demanda entablada por M.Z. y A.V. e inscribió a tres menores recién nacidos como sus hijos. En su sentencia, el juez recordó que el elemento determinante de la filiación es la denominada voluntad procreacional, que implica la intención de querer engendrar un hijo con material biológico propio, pero acudiendo a la “portación” del embrión en el vientre de una tercera persona para su gestación y consecuente alumbramiento. En esa línea, destacó que aquella tercera, por aplicación de las reglas referidas a la identidad filial, carece de esa voluntad y que, por ende, aun cuando en el caso correspondería, por aplicación de principios legales, la atribución de la maternidad a la gestante, que es quien dio a luz, faltaba indudablemente el componente volitivo; esto es, la intención de adquirir derechos y obligaciones y, en definitiva, el afecto o el deseo de ser la madre de los nacidos. “El elemento relevante en la determinación de la filiación del niño nacido por reproducción humana asistida es la voluntad o decisión de que ese ser nazca, no sólo en cuanto causa eficiente última e infungible (para ese nacimiento concreto) sino porque los demás elementos biológicos (o genéticos) pueden ser sustituidos, siendo insustituible el acto de voluntad de una pareja, casada o no, o de una mujer sola”, enfatizó. Así, indicó que en casos como el analizado el niño nace por la exclusiva decisión de los solicitantes de la inscripción, causa eficiente e insustituible y, por lo tanto, la más relevante, ya que sin ella ese infante no hubiera existido. “Los demás protagonistas no son verdadera causa eficiente (en sentido vivencial y ontológico) del nacimiento en cuestión”, acotó el magistrado. Finalmente, expresó que actualmente la maternidad y la paternidad pueden dejar de considerarse una relación de filiación basada en un puro reduccionismo geneticista y/o biológico y que, por el contrario, se impone el establecimiento de una realidad no genética sino socioafectiva, determinada por la aportación del elemento volitivo: la voluntad procreacional. “Si bien las Técnicas de Reproducción Humana Asistida (TRHA) son generalmente utilizadas por quienes no quieren renunciar a tener un hijo genéticamente propio, el elemento genético no es el que determina la filiación, sino el volitivo”, concluyó. [/privado]

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