ESCUCHARLa Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), dependiente del Ministerio de Transporte, reportó una reducción en la cantidad de conductores atendidos en las guardias que declararon haber consumido alcohol antes de accidentarse.
Precisó que la investigación se llevó a cabo en salas de emergencias de hospitales públicos de todo el país, en coordinación con el Ministerio de Salud y Fundartox, y que tomó como referencia un trabajo similar que data de 2018.
Según el nuevo estudio, el 12,4% de los pacientes arribaron a las guardias como consecuencia de un incidente de tránsito, contra el 15,3% de años anteriores.
Con relación al consumo, indicó que el 22,1% del total de atendidos por motivo de siniestralidad vial declaró haber bebido en las seis horas previas al hecho. La ANSV resaltó que la cifra es inferior a la medición de 2018, con 25,1% de los casos.
La agencia remarcó que el resultado se registró tras la entrada en vigencia, en mayo, de la Ley de Alcohol Cero al Volante en todas las rutas nacionales del país, una norma que además rige en 18 provincias.
Perfil
Con respecto del perfil de los conductores que declararon haber tomado, el relevamiento consigna que el 26,4% fueron hombres y el 11,7% mujeres, lo que refleja una baja en ambos casos (en 2018, los porcentajes fueron 28% y 14,3%, respectivamente).
En cuanto al tipo de usuarios, los casos que se vinculan a la siniestralidad y al consumo de alcohol previo se dieron en un 28,1% en automovilistas y en un 22,5% en motociclistas.
La ANSV destacó, además, el nexo entre el consumo de alcohol y la gravedad de las lesiones.
Día Mundial
En 1963, el alcoholismo fue declarado una enfermedad incurable, progresiva y mortal.
Ayer, 15 de noviembre, fue el Día Mundial sin Alcohol.
Cada año, la fecha cobra mayor relevancia por la necesidad de concienciar acerca de los daños físicos y psicológicos de la adicción.
La conmemoración fue una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con la finalidad de promover buenos hábitos y reducir el abuso de bebidas etílicas.
Según la OMS, la mortalidad vinculada al flagelo representa un 5,3% de todas las defunciones anuales (tres millones y medio de personas).
El alcohol es un factor de riesgo para más de 200 trastornos y enfermedades.
Jóvenes
La organización internacional pone foco en sensibilizar a los jóvenes. Cabe destacar que el 13,5% del total de muertes de personas entre los 20 y los 39 años se relacionan con la ingesta desproporcionada de alcohol.
Argentina es el segundo país de la región, después de Uruguay, donde más se consumen bebidas alcohólicas.
El dato es del Ministerio de Salud de la Nación. En tanto, la cartera reportó que el nivel de ingesta puro por persona es de casi 9,88 litros anuales y que cada año mueren 8.000 personas por enfermedades vinculadas al hábito.
La pandemia incrementó alrededor de 45 % el uso en todo el mundo, en todos los grupos etarios. Las causas principales son el estrés, la ansiedad, el aislamiento social y la falta de una rutina estable.
La OMS alertó que se inicia a edades cada vez más tempranas.
Recientemente, un estudio del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (IHME) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington reveló que los individuos de entre 15 y 39 años tienen mayores riesgos si beben que los mayores de 40 que no presenten condiciones de salud subyacentes.
Detalló también que el 60% de las lesiones relacionadas con la bebida ocurren entre personas de aquel grupo etario, incluidos accidentes automovilísticos, suicidios y homicidios.
En la adolescencia, las personas son particularmente vulnerables, hasta cuatro veces, al consumo problemático.
Adultos
A la fecha, la ingesta en los adultos se da más en hombres, aunque se trata de una tendencia que se va emparejando con las mujeres.
Además, la edad de inicio es cada vez más temprana: se estima que casi el 80% de los adolescentes de 15 años ya consumieron bebidas etílicas en alguna oportunidad.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) planteó que la se acentúa de forma considerable: puntualizó que en los países de la región el consumo es un 40 por ciento mayor al promedio mundial.
