Admiten que un niño sea inscripto como hijo de dos padres

En atención a las manifestaciones expresas del menor, un juez de Río Gallegos declaró inconstitucional el artículo del Código Civil y Comercial que veda esa posibilidad

El juez de Familia de Río Gallegos (Santa Cruz) Antonio Andrade decidió que un niño de ocho años sea inscripto como hijo de dos hombres y una mujer: llevará primero el apellido del papá que lo cría (cuya inicial es P.), la actual pareja de su mamá, y se le agregará después el del padre biológico, que inició el trámite para reconocerlo el año pasado.

En el fallo, el magistrado declaró la inconstitucionalidad del artículo 558 del Código Civil y Comercial (CCyC) y le explicó la situación en una carta al menor T., con quien se entrevistó durante el proceso. “Te habías sentido incómodo ante la opción de tener que decidir entre C. y P. Recuerdo que cuando surgió la posibilidad de que los dos sean tus papás, te sorprendiste de que se pudiera y dijiste ‘¡Sí me gustaría!’ bastante fuerte”, le dijo el magistrado, y agregó en la misiva una poesía de Liliana Ancalao.

El artículo 558 del CCyC establece “que nadie puede tener más de dos vínculos filiales”, ante lo cual el juez consideró que, de seguir el precepto, “deberíamos optar por mantener el vínculo socioafectivo filial con quien construyó su identidad filial o bien por el biológico, con quien no se conoce”.

La decisión de reconocer la pluriparentalidad tiene algunos antecedentes que fueron enumerados en el texto de la resolución, subrayando que “que todas estas valientes, progresistas y profundas decisiones jurisprudenciales hoy le han allanado el proyecto de vida a T.”.

Pedido

La causa se inició con un pedido del padre biológico, en conflicto con la madre del niño, quien pedía anular el reconocimiento legal hecho en 2017 por la actual pareja de la madre, ante lo cual el juez Andrade definió un Plan de Parentalidad para que se garanticen los deseos y el bienestar del menor. “No puedo desconocer la conflictividad existente entre los adultos, en particular entre el Sr. C. (el padre biológico) y la Sra. B., con lo cual deberá establecerse con progresividad y precisión un plan”, afirmó el magistrado, teniendo en cuenta que “T. tiene el anhelo de vincularse, conocer y comunicarse con su padre biológico, quien se ha mostrado ambivalente y poco claro al respecto”.

El fallo tomó en cuenta que el niño “está en cabal conocimiento de su origen biológico, de la existencia e identidad del señor C. y de que quiere comenzar a vincularse con él. Pero por otro lado le es innegable el lazo afectivo construido con quien ha ejercido hasta el día de la fecha (y lo sigue haciendo) un rol paterno socioafectivo”.

En esa línea, el tribunal señaló que, “zanjado el camino” mediante la pluriparentalidad, "T. no tiene que elegir por una opción o por la otra” ni los adultos en cuestión tienen por qué renunciar “a sus aspiraciones, anhelos, vínculos, derechos y deberes para con el niño”.

El juez define los conceptos que tomó para su decisión: por un lado, las nuevas configuraciones familiares, “el pase de un modelo de familia patriarcal a un modelo de familia inserto en una sociedad que aspira a ser más igualitaria, pluralista y democrática”.

Nuevas formas

También adhirió a las nuevas formas de entender el derecho a la identidad personal. “Se encuentra comprendido por dos fases o facetas: una estática, abarcativa de todo lo concerniente a la realidad biológica del sujeto, sus caracteres físicos y sus atributos de identificación; y otra dinámica, que recibe tal nombre en alusión a su constante movimiento y posibilidad de mutación, que viene dada por la proyección social de la persona, con una clara connotación cultural”, citando al jurista Carlos Fernández Sessarego.

“En el caso del niño, se agrega una característica neurálgica para la resolución del caso. Existe un fuerte lazo afectivo con quien reconoce como padre”, apuntó Andrade, y se preguntó: “Teniendo una institución como la pluriparentalidad, que ha tenido avances jurisprudenciales serios ¿cómo podría romperse el fuerte vínculo afectivo existente y comprobado, por una restricción legal?”

Finalmente, en referencia al afecto como concepto jurídico, el juez definió que “es allí donde entra en juego la socioafectividad; o más bien: el amor”, recordando que “entre las novedades del nuevo CCyC de la Nación se encuentra la apertura del ‘afecto’ como concepto jurídico y de interpretación”.

Así, entre varias consideraciones más, el sentenciante destacó sobre el punto que “en este tipo de casos, la trascendencia de reconocer la pluriparentalidad, dado que los dos vínculos son posibles, pueden convivir y mucho más: T. así lo quiere”.