Admiten enfermedad laboral de la voz pese a trabajar menos de tres años en un call center

El pronunciamiento verificó que la prueba fue contundente respecto de la calificación de la patología, lo que dejó sin sustento la reglamentación que establece un plazo mínimo para que aparezca ese tipo de padecimiento debido al trabajo

Al advertir de que de la prueba rendida surgió que la accionante padece de laringitis crónica con disfonía crónica disfuncional, esbozos nodulares confrontados y hiatus longitudinal con interposición nodal, habiendo establecido que el agente causal de tales padecimientos son los esfuerzos realizados por el órgano de fonación y por existir relación entre las tareas en un call center y la patología, la Sala Laboral del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) admitió el recurso de casación presentado por la trabajadora y revocó la sentencia que rechazó su demanda por no haber cumplido los tres años de servicio establecidos por la reglamentación para considerar la patología de la voz como laboral.

A raíz de ello, el Alto Cuerpo condenó a Galeno ART SA al pago de la incapacidad dictaminada en el peritaje.

Cuestionamiento

La parte actora cuestionó el rechazo de la pretensión indemnizatoria tarifada vinculada con la disfonía funcional irreversible, con base en la aplicación analógica del baremo 49/2014.

La demandante afirmó que el criterio de interpretación efectuado por el a quo resultaba violatorio del principio protectorio (artículo 9, Ley de Contrato de Trabajo -LCT-), entendiendo que la exigencia de un tiempo mínimo de exposición -tres años- al agente de riesgo lucía irrazonable. La trabajadora objetó que el decreto mencionado refiere a várices, hernias inguinales, hernias crurales y hernia discal lumbosacra, que pasaron a integrar el listado de enfermedades profesionales.

A su turno, el TSJ integrado por los vocales Mercedes Blanc de Arabel, Luis Enrique Rubio y Luis Eugenio Angulo, tras evaluar la cuestión, indicó que el a quo desestimó la acción porque entendió que el incumplimiento de la antigüedad mínima obstaba al resarcimiento del sistema de la Ley de Riesgos del Trabajo (LRT), y para ello aplicó analógicamente el decreto 49/2014.

El fallo relató que el a quo sostuvo que el tiempo de exposición al agente nocivo -sobrecarga del uso de la voz- resultó de un año, ocho meses y nueve días, estimando que no se cumplió con el plazo de tres años de antigüedad en la ejecución de las tareas como requisito de validez de la afección laboral.

Bajo esas premisas, el Alto Cuerpo interpretó que la lectura de la reseña anterior revelaba que la conclusión no encuentra respaldo en el procedimiento analógico pues no justifica el resultado hermenéutico alcanzado mediante la aplicación del decreto 49/2014.

Al respecto, argumentó que no puede constituir un impedimento al resarcimiento del sistema el incumplimiento de la condición de esa falta de antigüedad mínima contemplada por la disposición arriba mencionada para las nuevas enfermedades incorporadas al listado (hernias inguinales directas mixtas, hernias crurales, várices primitivas bilaterales y hernias discales).

Soslayo

Así, el TSJ consideró que el juzgador soslayó que la afección descubierta está prevista en la tabla de evaluación de incapacidades laborales del decreto 658/1996, como “disfonía persistente que no remite con el reposo y que se acompaña de edema de cuerdas vocales” y “nódulos de las cuerdas vocales” dentro del agente de riesgo “sobrecarga del uso de la voz”.

Asimismo, destacó que la actora denunció labores en el centro de llamados Plus SA en atención al cliente a través del canal telefónico, y agregó que la ocupación indicada en la norma reglamentaria -telefonista- es la que genera normalmente condiciones de exposición que provocan esa dolencia, de allí su inclusión en el listado.

Luego, el Alto Cuerpo valoró que el a quo también pasó por alto que el perito médico señaló que los quehaceres llevados a cabo por la actora resultaron aptos para causar las minusvalías detectadas. Así, indicó que, luego de efectuar el examen clínico y el análisis de los estudios complementarios -fibrolaringoscopía- realizados con posterioridad al distracto (23/3/2016 y 24/7/2017), refirió que padece de laringitis crónica con disfonía crónica disfuncional, esbozos nodulares confrontados, hiatus longitudinal con interposición nodal, y estableció que su agente causal son los esfuerzos realizados por el órgano de fonación y que, por existir relación entre las tareas y la patología, la califica como profesional.

Preceptos

De ello se infirió que la exigencia de que el dictamen debió considerar los preceptos del decreto 49/2014 en orden al período mínimo de ejecución de tres años, carece de sustento porque impone un requisito inexistente en el decreto 658/1996 para una afección típica de los telefonistas.

Además, subrayó que no hubo peritaje en disidencia ni fue objeto de controversia la existencia de la lesión en la voz sino que la demandada impugnó el informe médico por las razones que expondría en la etapa procesal pertinente, compromiso que no cumplió y tampoco aportó exámenes médicos para avalar su defensa -carácter inculpable de la enfermedad-.

El TSJ señaló que las testimoniales ilustraron de manera precisa sobre la actividad llevada a cabo por la actora, que es la tenida en cuenta por el perito, así como las condiciones de un ambiente laboral propicio para el uso esforzado de la voz, por lo que admitió la indemnización por una incapacidad de 19,04% de la total obrera (TO).