La diputada nacional Mónica Macha (Unión por la Patria) presentó un proyecto para crear el programa nacional de “reducción de riesgos y daños” asociados al consumo de drogas.
Macha explicó que tiene por objeto establecer mecanismos “para asegurar el diseño y la implementación de estrategias de intervención que contemplen las perspectivas socioculturales, etarias y de género, para reducir las consecuencias sanitarias, sociales y económicas negativas relacionadas con consumo de sustancias psicoactivas legales e ilegalizadas”.
La bonaerense remarcó que el programa se regirá “por los derechos humanos, la salud pública, la participación de la sociedad civil y la accesibilidad a servicios de salud”. También indicó que “se priorizará la autonomía de las personas y la atención ambulatoria”.
Macha propuso desarrollar un plan de capacitación de los sistemas sociosanitarios de nivel nacional, provincial y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en el marco del modelo de reducción de riesgos y daños y realizar intervenciones bajo sus principios, como “promover acciones orientadas a demorar todo lo posible el inicio del consumo”; diseñar e implementar dispositivos sociosanitarios en espectáculos públicos, eventos masivos y “en todo escenario donde ocurren los consumos” y elaborar campañas “enfocadas en la eliminación de la estigmatización de las personas consumidoras”.
A su vez, contempla la “promoción de acceso de sustancias psicoactivas a los servicios sociosanitarios”; “la deconstrucción de saberes preexistentes, mitos, prejuicios y creencias” y “la participación ciudadana”, particularmente de personas usuarias de drogas, en la formulación, implementación y evaluación del programa.
La legisladora kirchnerista planteó que es necesario que “el eje de intervención ante los consumos problemáticos esté centrado en la persona, en su autonomía y poder de decisión”.
Hace tres años, el reparto de volantes que omitieron cualquier frase que desalentara el consumo de drogas duras como la cocaína y que, incluso, aconsejaban cuánto y cómo usarla, generó un escándalo.
Ocurrió en Morón, provincia de Buenos Aires, en un evento para toda la familia organizado por la Dirección de Juventudes del municipio,
“Acordate de estos consejos. El porro conseguilo de fuentes confiables. Con la cocaína y las pastillas andá de a poco y despacio. Tomá poquito para ver cómo reacciona tu cuerpo”, decía uno de los panfletos que se distribuyeron en un stand a quienes fueron a pasar el día al predio Quinta Seré, en Castelar.
Desde el Municipio aseguraron que la estrategia se enmarcó en el Programa de Reducción de Riesgos y Daños que llevaba adelante la comuna, pero las críticas no se hicieron esperar.
El intendente Lucas Ghi fue denunciado penalmente por apología del consumo, al igual que otros funcionarios de Morón.
La mayoría de los especialistas en el área de toxicología y adicciones advirtieron que el concepto de reducción de daños sin políticas de prevención primaria ni promoción de hábitos saludables no sirve.
Lo propio hicieron referentes del arco opositor.
Academia Nacional de Educación
La Academia Nacional de Educación también fustigó la actividad.
En un comunicado, planteó: “Ante la distribución de folletos que instan al ‘consumo moderado’ de drogas, manifiesta su asombro y preocupación por tratarse de contenidos que violentan el criterio, la salud y la integridad de las personas”.
“Una campaña inteligente debe difundir el efecto perjudicial de las drogas y bajo ninguna circunstancia puede estar orientada a ignorar, moderar o retardar sus efectos destructivos. Resulta inaceptable que un funcionario recomiende drogarse en forma segura y lúdica. Por el contrario, es necesario subrayar que el consumo de drogas debe evitarse a través de programas que combatan el narcotráfico, basados en objetivos de autoformación y de construcción de una sociedad más razonable, justa y más humana”, reza el texto.
Planteó también que “la educación tiene como finalidad desarrollar las incipientes capacidades de las nuevas generaciones, enriqueciéndolas con los aciertos de las anteriores, siendo los problemas aún no resueltos o los errores cometidos un desafío concreto para el genuino aporte a los niños y los jóvenes”.
Además, pidió sacar de circulación el material y la urgente implementación de la Ley 26. 586 (de 2009), que establece el “Programa Nacional de Educación y Prevención sobre las adicciones y el consumo de drogas”.
La Academia Nacional de Medicina también apuntó a la importancia de impulsar la prevención de las adicciones.
Entidad rectora en medicina
“La mejor estrategia para controlar las adicciones es la prevención”, recalcó la entidad rectora en medicina en la Argentina.
Haciendo foco en las consecuencias y secuelas que genera la adicción a las drogas “en cualquier circunstancia y en cualquier dosis”, explicó las razones científicas y médicas por las que se debe promover una política de prevención antes que una basada en la reducción de daños.
En esa línea, destacó que hay nuevas drogas de diseño no controladas, ilícitas, cuyo uso produce verdaderas tragedias, incluyendo la muerte, y que la amenaza para la salud pública de su consumo “creciente y en expansión”, junto con el de otras sustancias, “es cada vez mayor y requiere de urgente consideración para su prevención y tratamiento”.
“La prevención debe basarse fundamentalmente en la difusión del conocimiento acerca del daño, generalmente irreversible, que producen”, destacó.
“Las adicciones no solo afectan la salud de quienes las padecen, sino que pueden alterar la vida social y los vínculos familiares; también dañan severamente a los niños por nacer hijos de madres que consumen drogas recreacionales”, advirtió.
Paralelamente, recordó que otras consecuencias del consumo de drogas son “la disminución de la actividad laboral y de generación de recursos económicos, y en muchos casos el adicto tiende a entrar en ámbitos de dudosa legalidad y puede cometer actos criminales”.
Lejos de lo propuesto durante el festival en Morón -y respaldado luego por funcionarios comunales, provinciales y nacionales-, los galenos afirmaron que los tratamientos de las adicciones son prolongados, costosos y muchas veces infructuosos, por lo que la mejor estrategia para controlar las adicciones es la prevención, la cual, según consignaron, debe basarse fundamentalmente en la difusión de la información sobre las desventajas de iniciar el consumo “de cualquier droga de adicción, en cualquier circunstancia y en cualquier dosis”.